lunes, 14 de diciembre de 2020
Un claro en la tormenta
domingo, 22 de noviembre de 2020
Cuentos despiertos
domingo, 4 de octubre de 2020
Cambio de legado
Sé que esta noche no dormiré, llevo esperando que llegue cientos de años. Me llaman la Dama y soy la lideresa de las Damas de la noche, única conocedora de la profecía que cambiará el mundo. He vivido cientos de años más que cualquiera de mis hermanas y deseo descansar.
La profecía me fue revelada el mismo día del nacimiento de mi sucesora. La Elegida nació una noche de brujas, hace ya quince años. Hoy celebrará su sacrificio de ingreso en la orden. Mi reinado de paz acabará y ella ocupará mi lugar. Ha sido un reinado duro, pues he debido reprimir la verdadera naturaleza de mi ser, porque ese era mi destino. Ella tendrá más suerte.
—Mi Señora, llegan noticias de un ataque de las bestias. Al parecer han masacrado la casa de La Elegida.
—Llama a dos hermanas, iremos a la Linde del bosque. Debo verla.
No puedo salir del bosque, son leyes sagradas que debo cumplir. Apoyada en un gran roble siento tanta pena por el macabro espectáculo que contemplo, que no puedo evitar llorar. Reconozco a La Elegida, que llora arrodillada junto a su abuela presa de un ataque de pánico. Su abuela señala en mi dirección; ella me mira y se calma de inmediato.
—¡Traedlas a la cueva sagrada! —ordeno a mis hermanas y parto yo sola, adelantándome para preparar la reunión.
Una vez en mis aposentos, saco una copa del líquido sagrado que yo misma bebí con mi antecesora, hace ya tantos años. También deposito encima de la mesa la daga con la que atravesé su corazón. Hoy será ella la que atraviese el mío. Así está escrito, como lo estaba que su familia debía de morir despedazada. El reinado de paz ha sido demasiado largo y reconozco que en ocasiones me ha costado no arrasar con todo. Al fin y al cabo, las Damas de la noche somos asesinas por naturaleza.
La Elegida llega, es tan vulnerable que me gustaría abrazarla, pero no debo. Le ofrezco una copa del líquido que hará aflorar su verdadera naturaleza. Bebe, me cuenta lo ocurrido y cada vez está más furiosa. Le aconsejo que tome otro trago y le digo que debe dejar pasar lo que le ha ocurrido a su familia, que no merece la pena vengarse (aunque estoy deseando que maten a todos los responsables).
Le ofrezco beber otro sorbo y es entonces cuando lo veo: su mirada ha cambiado, la asesina ha aparecido. Coge la daga de lo alto de la mesa y atraviesa mi corazón y yo sonrío.
Con mi último hilo de vida oigo como se proclama la nueva Dama, los aplausos y vítores con que le responden.
Muero y soy feliz.
domingo, 30 de agosto de 2020
María
domingo, 28 de junio de 2020
Huellas en la arena
martes, 16 de junio de 2020
Un año más
miércoles, 10 de junio de 2020
Hoy soy
lunes, 25 de mayo de 2020
Concédeme el olvido
¿En mis dedos tal vez?,
en la memoria de mis recuerdos,
en el escalofrío de mi piel.
En mis lágrimas saladas,
en la rabia...
de los oscuros recuerdos que me acompañan.
Callo mis recuerdos,
los escondo en mis entrañas.
Pero a veces se me escapan,
yo no quiero que lo hagan.
Muchos de ellos logré silenciarlos,
matarlos y enterrarlos.
Cavé la tumba con mis manos,
y mis dedos se desangraron.
No bailaré más su oscura danza,
no acudiré a su llamada.
La distancia me hará libre,
procuraré que lo haga.
Tejeré cadenas de escalofríos,
de rabia, de noches de delirio.
De nudos en el alma y
sentimientos escondidos.
Allí hallaré los versos perdidos,
que calmarán mi alma.
Ya veo a mis hadas,
me saludan y me abrazan...
Susurran palabras de amor,
que acarician mi alma.
Ellas sellan mis recuerdos,
serenan mi olvido.
domingo, 3 de mayo de 2020
Escribir
He tardado tanto en decidirme a que mis escritos vean la luz, que mi inseguridad es probablemente del tamaño de un elefante. Sé que estoy aprendiendo, evolucionando, y sé que publicar mis libros y mis cuentos me hace exponerme a críticas. Me hace vulnerable.
Escribo porque me gusta, porque para mí es liberador, porque es mi mejor forma de expresión y entiendo que habrá a quien le guste y a quien no. A mí misma no me suelen gustar las mismas cosas que a la mayoría de la gente; soy un poco rara, lo reconozco.
Ya os he comentado que lo mismo me encanta Dolores Redondo, que Toti Martínez de Lezea. Que adoro el libro "El principito" o que mi película favorita es "Dracula" de Bram Stoker. No soy muy extrovertida y me encanta pasar la vida con mi familia y mis cuatro amigos.
Por eso ahora quizás aparezcan las malas críticas a mi trabajo y no sé cómo las voy a encajar. Supongo que al principio me agobiarán mucho, mucho. No me las podré quitar de la cabeza y luego, con el paso de los días, iré respirando y encajando la situación poco a poco. Porque si hay algo que soy es optimista y positiva, pero eso no quiere decir que no tenga días horribles y tristes, que los tengo.
Así que, desde aquí, quiero deciros que si os gusta lo que escribo seré inmensamente feliz y si no os gusta, me haréis una pequeña muesca en mi corazoncito, que lameré y curaré, y que probablemente me haga mejor escritora, pues las críticas, si son constructivas, me harán crecer.
A fin de cuentas, la vida son dos días y más ahora que una pandemia nos acosa. No dejaré de escribir porque forma parte de mí y se lo debo a mis hadas...
viernes, 24 de abril de 2020
El principito
Tenía siete años cuando encontré, por casualidad, rebuscando entre los libros de alguno de mis hermanos, aquella joya. Lo primero que me llamó la atención fue la portada y el título del libro "El principito". Nada más verlo pensé que sería el típico cuento para niños sobre algún reino lejano y un pequeño gran príncipe.
Nunca había leído un libro, solo algunos cuentos para niños que ya me cansaban, pues eran siempre muy parecidos. Empecé a leer el libro por las noches, poquito a poco y me cautivó. Seguramente fue el primer libro que me hizo viajar sin moverme de casa. Después de aquella lectura lo he vuelto a leer más veces en mi vida. Me gustaría recordar cómo interpreté muchas de las situaciones de la historia que yo creo que no pude entender en mi primera lectura.
Estos días estoy leyendo a mis hijos el mismo libro que yo leí tantos años atrás. Está marcado en algunas partes, no recuerdo bien haber puesto aquellas marcas. Supongo que unas marcas las haría para recordar partes que me habían gustado o llamado la atención y otras las pondría simplemente porque no tenía un marcapáginas a mano.
El principito es, seguramente, mi libro favorito. Con él comenzó mi historia de amor por la lectura. Ya os he contado alguna vez que de pequeña soñaba con ser una gran escritora. Me gusta leer de todo, no tengo un género preferido, aunque he de reconocer que la novela romántica no me llama nada de nada. He tenido épocas en que leía mucha novela fantástica, de terror, policiaca, historia novelada... No podría vivir sin leer y ahora sé que tampoco podría vivir sin escribir.
Otros de los libros que recuerdo con mucho cariño es "La casa de los espíritus" de Isabel Allende o "La calle de la judería" de Toti Martinez de Lezea. Me encanta cómo escribe esta mujer. Hubo una época de mi vida en la que devoraba sus libros, literalmente.
Lo mejor de un libro para mí es que me haga sentir, que la trama me mantenga enganchada, que pasee por sus calles, que huela sus flores, que sienta lo que los personajes sienten... Y lo más importante es que una vez acabado el libro, la esencia del mismo se quede impregnada en mi memoria... Que a veces, sin darme cuenta, días después de haberlo terminado me descubra pensando en algún detalle de la historia.
jueves, 2 de abril de 2020
Preguntas...
Ahora llevo toda la semana que no tengo ganas de nada. Me pongo a leer, no me concentro y tengo que dejarlo al poco rato; tengo que estudiar y hace dos semanas que no toco un libro. Tengo mi nueva novela empezada con mucha ilusión, pero soy incapaz de ponerme con ella... Y así estoy que hago mucho y no hago nada.
Tengo dos niños con un montón de deberes porque los deberes no bajan y tengo que ayudarles, cocinar, organizar la casa, que estando los cuatro juntos nunca está organizada. Comprar por internet es imposible porque no hay fechas de entrega y hay que salir a comprar.
Vamos, que yo que siempre estoy haciendo cosas y soy optimista por naturaleza, últimamente no tengo ganas de nada.
¿A vosotros también os pasa que os sentís cansados y sin ganas de hacer nada?
Supongo que también puede influir la astenia primaveral. ¡Qué ganas tengo de que salga el Sol y poder abrir las ventanas de par en par! Que entre el aire fresco en casa y el Sol nos haga estornudar.
Parece que poco a poco estamos llegando al pico de la epidemia, aquí en el País Vasco dicen que ya lo hemos alcanzado. No puedo dejar de preguntarme cómo será el mundo cuando podamos volver a salir a la calle con cierta normalidad. Me pregunto si se cerrarán las fronteras para los extranjeros como ha hecho China porque, claro, si empieza a bajar el número de infectados y dejamos que entre gente de otros países y nos volvemos a infectar... ¿Otra vez a empezar... ?
¿Y qué pasará en Octubre? ¿El virus mutará y volverán a infectarse los que no lo han pasado y los que lo han pasado también...?
Como veis tengo muchas preguntas y no muchas, más bien ninguna, respuesta. Lo único que saco en claro de todo esto es que el estar separados parece que esté uniendo más a las familias y el planeta se está limpiando, depurando su aire, sus ríos... Y cuando todos corríamos de un lado para otro, llegó la vida y nos hizo frenar de golpe.
miércoles, 1 de abril de 2020
La Colina de las Viejas
Al fin puedo respirar un poco más tranquila puesto que mi mamá ya está en su casita, recuperándose poco a poco. La verdad es que todo este lío de la pandemia del Covid-19 y la enfermedad de mi madre me han dejado un poco, bastante, desinflada.
Hoy vengo a anunciaros que mi última novela "La Colina de las Viejas" ya está a la venta en versión ebook y papel. Podéis adquirirla en La Casa del Libro, fnac, agapea, libroscc y poco a poco estará en muchas más plataformas como El Corte Inglés, Amazon...
La Colina de las Viejas es una novela corta muy especial, que empezó en este mismo blog con los cuentos de El Linaje, y fue evolucionando hasta convertirse en una historia de misterio, amor, entrega. La trama va mostrando al lector cómo el odio y la maldad están presentes en las vidas de los protagonistas, obligándolos a tomar decisiones continuamente.
En La Colina de las Viejas se levanta una gran casa que acogerá a un ser oscuro y lleno de maldad. La obsesión de este ser por la hija del médico desencadenará una horrible lucha por salvar a la niña y dará lugar a terribles consecuencias para todos los involucrados.
En el libro hay una pregunta que flota en la trama constantemente: ¿la maldad de los protagonistas es debida a un oscuro y mágico linaje o es simplemente maldad humana? Tú podrías comentarme qué reflexión te ha suscitado el libro.
Deciros que al fin me he decidido a publicar mi novela con Editorial Círculo Rojo y no puedo estar más contenta con el resultado. El proceso ha sido muy sencillo y gratificante, en todo momento me he sentido respaldada y comprendida por un gran equipo de profesionales. Desde aquí os doy las gracias a todos y cada uno de vosotros.
Comentaros que he comenzado a escribir una novela nueva, aunque con todo este lío de mi familia la tengo un poco aparcada. No sé si al fin escribiré una gran novela de cientos y cientos de páginas. Yo soy más de cuentos y novela corta, pero quién sabe. A lo mejor os sorprendo...
miércoles, 25 de marzo de 2020
Fuerza
martes, 24 de marzo de 2020
La espera
jueves, 19 de marzo de 2020
La vida a prueba
Hoy el cuento es más un deseo de lo que me gustaría que pasase cuando todo esto acabe. No creo sinceramente que las cosas vayan a cambiar significativamente con respecto a como estaban antes.
El ser humano olvida con facilidad, olvidamos un tsunami, olvidamos el sida, olvidamos lo ocurrido en Nueva Orleans y tantas y tantas desgracias.
Esperemos que esto no se olvide y nos ayude a mejorar, pues las vidas que se han perdido no volverán jamás.
domingo, 15 de marzo de 2020
La espera acabó...
Todas las mañanas se despertaba muy temprano, cuando aún no había amanecido y recorría el bosque acariciando las cortezas de los árboles y escuchando los susurros del aire. El silencio del bosque puede contarte muchas cosas si se sabe escuchar con todos los sentidos. Ese día el aire le traía olores extraños, los árboles movían sus ramas, comunicándose unos con otros y los animales permanecían en sus madrigueras escondidos.
Él notó todas aquellas cosas, pero no fue hasta ver aquella piedra cuando comprendió lo que estaba por venir. Caminó por el secreto sendero que las fuerzas mágicas del bosque abrían solo para que él llegase a su casa. Nadie más tenía permitido vivir allí y la magia del bosque jamás permitiría que nadie llegase a conocer aquel lugar.
Cuando ya vislumbraba su casa notó que su piel se erizaba y entendió que alguien le estaba observando. Miró a su alrededor y no fue capaz de saber de dónde provenía aquella sensación. Caminó un par de pasos y entonces vio el Unicornio de Saleb y supo que su dueña no estaría lejos. La profecía decía que el unicornio aparecería en el momento en que El Mal hiciera acto de presencia y allí estaba el momento que había temido toda su vida y que sabía que llegaría.
En esos momentos, dos mil años esperando le parecieron pocos pensando en el horror que llegaría. Cuán maravilloso era el mundo aún con sus miserias comparado con los años de lucha que vendrían y secó una lágrima antes de saludar a su invitado.
-Hola, desearía que tu presencia hubiera tardado más en llegar, pero ya que estás aquí, dime: ¿y ahora qué...?
-Ahora el HORROR...
viernes, 6 de marzo de 2020
Desaparecida
Vio el haz de luz que iluminó la habitación, contó despacio: uno, dos, tres... Y entonces llegó el trueno, el trueno ensordecedor que, a pesar de estar esperándolo, le hizo dar un salto de la cama.
Decidió que ya no dormiría más aquella noche y se fue al salón. En el suelo había esparcidos cientos de fotos de su hermana, recortes de periódico y todo lo que había podido investigar sobre los días que precedieron a su desaparición. Tomó un gran trago de agua y se puso unos cascos. Así, con la música a todo volumen, podía pensar mejor y los truenos no la asustarían.
Recordaba perfectamente la última vez que habló con ella. Fue un domingo, hacía ya dos meses. La notó rara, tuvo la sensación de que había alguien con ella y por eso no quería hablar. Su hermana era preciosa y muy inteligente. Acababa de conseguir trabajo en un prestigioso despacho de abogados y le habían asignado un caso para el que debía desplazarse a un pequeño pueblo en la costa gallega. La llamó la mañana del lunes y la del martes, sin conseguir contactar con ella, hasta que el martes por la noche sonó el teléfono y un agente de policía con acento gallego le informó que habían encontrado el coche de su hermana y toda su documentación en un aparcamiento al pie de la playa, a 50 km de su hotel.
No tenían familia, su madre falleció hacía dos años y su padre... Bueno, de su padre mejor no recordar nada. No sabía dónde estaba ni le importaba. Se desplazó al lugar de la desaparición inmediatamente y desde aquel día vivía en un pequeño piso de alquiler, sin dejar de buscar a su hermana.
Estaba repasando por enésima vez los apuntes de la agenda de su hermana cuando un enorme trueno, que pudo oír a pesar de llevar los auriculares puestos, la sobresaltó. Con el corazón aún trotando a toda velocidad, sonó el teléfono fijo. ¿Quién la llamaba a las dos de la mañana a ese teléfono? Nadie de su entorno, ni siquiera la policía, conocía ese número. Estuvo tentada de no contestar, ya que si era alguien conocido la hubiera llamado al móvil, pero le pudo la curiosidad. Levantó el auricular, pues era uno de esos antiguos teléfonos con una rueda para marcar.
-¿Sí, dígame? -contestó.
Al otro lado del auricular solo se oía una respiración agitada y estaba a punto de colgar pensando que sería algún gracioso.
-Sofía, tienes que ayudarme. No puedo... -Entonces se cortó la llamada.
A Sofía le temblaba todo el cuerpo, las lágrimas rodaban por sus mejillas y solo podía gritar.
-Lía, Lía, Lía... Contéstame Líaaaa.... ¿Dónde estás?
jueves, 20 de febrero de 2020
El viejo profesor
Estudié medicina y decidí quedarme en mi pueblo, monté una pequeña consulta en la que atendía a los vecinos y como los servicios sanitarios más cercanos quedaban a una hora en coche, el negocio no iba mal del todo. En el pueblo todos me conocían y confiaban en mí; además, si no podían pagar con dinero, siempre podíamos apañar la factura con unas buenas verduras del huerto o unos huevos de las gallinas de Doña Herminia.
El profesor vivía solo y yo solía pasar a verle una vez por semana. De un tiempo a esta parte le notaba extraño, huraño más bien. Parecía que mi presencia le molestase y me di cuenta de que cada vez que iba a verle su escritorio, que normalmente rebosaba papeleo, estaba impoluto. Así que en mi última visita le pregunté cómo iban sus investigaciones acerca de las ruinas del viejo alcornocal, cercano al río. Se puso muy nervioso, diría que hasta un poco agresivo y me despachó de malas maneras.
De camino a casa no podía dejar de pensar en qué sería lo que le estaba ocurriendo. Cuando iba a abrir la puerta me fijé en que él subía la cuesta que lleva al bosque. Parecía que hablaba solo y su cojera ya no era tan evidente puesto que iba bastante deprisa para su edad. Decidí que sería mejor seguirle.
Al poco rato, entendí que iba a las ruinas, así que me apresuré y cogí un atajo. El camino era peor pero llegaría unos cinco minutos antes que él.
Y allí, agazapada entre los árboles, estaba esperando ver aparecer al viejo maestro cuando el ruido de una moto que se acercaba me sobresaltó. El motorista llegó, sin quitarse el casco dejó una carpeta en la entrada de las ruinas, le puso unas ramas encima y se marchó. Estaba sopesando si bajar a recoger la carpeta cuando vi aparecer al viejo profesor, que se acercó a la entrada, quitó las ramas y se llevó la carpeta como si supiera exactamente donde buscar. Miró a los lados, nervioso, como si temiera que alguien le estuviera espiando y se marchó presuroso del lugar.
Me quedé allí, sentada entre los arbustos, pensando que todo lo que acababa de ver parecía salido de una novela negra. Me froté los ojos y bajé a las ruinas, había estado allí muchas veces a lo largo de mi vida pero nunca había entrado en la edificación. Los niños contaban historias de miedo sobre aquellas ruinas y yo era muy aprensiva. Me armé de valor y entré en el recinto. Parecía una ermita antigua, llena de maleza y con parte del techo derruido, pero en la que aún se podía distinguir la zona de lo que fue un altar. Cuando estaba llegando a la zona del altar oí de nuevo cómo una moto se paraba en la entrada y unos pasos que se acercaban. Mi corazón iba a salirse del pecho. Tenía que ser el mismo motorista que había dejado la carpeta, tenía que esconderme... No, decidí que no me escondería, actuaría con naturalidad. Estaba paseando y entré a curiosear... Sí, esa me pareció buena idea.
Me dirigía hacia la entrada cuando oí hablar a un hombre y una mujer, pero no distinguí sus voces. Iba a salir con total naturalidad de las ruinas cuando empezaron a discutir acaloradamente. Al momento sonaron un par de tiros y escuché la moto salir a toda velocidad.
Mi instinto de médico me decía que si había alguien herido debía ayudar, pero al salir solo encontré un charco de sangre y un pañuelo.
Allí no había nadie...
viernes, 10 de enero de 2020
Venganza
Hoy vestiré la apariencia de los seres que habitan las tierras azules y seré fiel al plan establecido por mi padre y el consejo de sabios.
Los guerreros me torturaran y yo fingiré que huyo de ellos. En la frontera de los dos mundos, los seres azules, creyendo que soy una de ellos me salvarán, matando a los guerreros que se dejarán sacrificar por un bien mayor. Durante estos años hemos vigilado y aprendido todo de la muchacha a la que voy a suplantar, mi padre eligió la más parecida a mí entre ellos. Hace años matamos a toda su familia y ella quedó huérfana. Hoy mi padre la secuestrará y el ritual de su muerte me brindará la protección necesaria para afrontar mi difícil misión.
Y aunque mis palabras son valientes, mi alma tiembla ante la barbarie de mis futuros actos, pero sé que nadie debe saber, debo esconder mis sentimientos.
Llega el momento de la verdad. Veo a mi otro yo reflejado en las frías aguas del río que delimita los dos mundos y no me reconozco hasta que observo una lágrima a punto de resbalar por mi mejilla. Uno de los guerreros me lanza un puñetazo y caigo al suelo. Saboreo mi sangre, pues me ha partido el labio, y durante un tiempo que no puedo llegar a contabilizar, los golpes se suceden sin parar. Todos los seres azules llevan uno de sus cuernos para alertar de la presencia de jinetes oscuros, hago sonar el mío. En unos segundos el dolor habrá acabado y ellos me llevarán a su presencia. Entonces comenzará mi venganza y la de mi pueblo.
Estoy semiinconsciente, tirada en un charco de sangre, y oigo a los caballos llegar, los gritos de la batalla y mis amigos mueren a manos de los azules. En cuanto me montan en uno de sus caballos pierdo el conocimiento y despierto horas después en una de las salas del castillo azul.
Allí está Ella...
jueves, 2 de enero de 2020
La Revelación
Salió a la terraza de su ático en la ciudad y esperó sentada en una de las hamacas. Estaba congelada de frío, pero sabía que cuando todo comenzase le haría falta que su temperatura corporal estuviera lo más baja posible.
Esa noche tardó en aparecer mucho más de lo normal, comenzaba a creer que no pasaría nada y estaba pensando seriamente en entrar en el piso cuando todo comenzó. El fuego llegó a su cuerpo sintió cómo estallaba en llamas y olió su piel quemándose. Había aprendido a controlar el ataque de pánico que venía después de todo aquello, aunque nunca olvidaría la primera vez que le ocurrió.
Al cabo de unos instantes logró abrir los ojos y allí estaba aquel lugar de oscuras tinieblas. Seres Oscuros la observaban y hablaban en extraños dialectos que ella no lograba comprender. Se concentraba en volver a la realidad y sabía que volvería pero nunca sabía cuánto tardaría en hacerlo.
Ese día fue diferente, apareció alguien como ella. Él la observó unos instantes, se fijó en una de sus manos y entonces habló en aquel oscuro idioma. Los seres la vistieron y la montaron en una especie de carruaje. El Ser que dirigía los caballos era como ella, atravesaron aquella oscura y quemada tierra hasta llegar a un cruce de caminos. El caballero volvió a hablar en un idioma desconocido para ella y entonces el camino, que parecía impracticable, se abrió ante sus ojos y apareció un lugar completamente diferente.
Se adentraron en el camino repleto de grandes árboles y con tantos colores y vida que no parecía real. Otros como ellos aparecieron entre la vegetación y la llevaron a una de las habitaciones de la única casa del lugar. La ayudaron a vestirse y la acompañaron a un jardín interior. Allí estaba el Ser que la había sacado del mundo oscuro acompañado de otros dos Seres de Luz.
Al verla, los Seres de Luz se sorprendieron y, mirando a su salvador, asintieron con la cabeza. Él salió de la estancia no sin antes inclinar la cabeza a modo de despedida. Cuando hubo salido de la habitación, los dos Seres comenzaron a hablar con ella y aunque no hablaban su idioma, ella podía entender lo que decían...