Un dĂa tranquilo, no sĂ© lo que es un dĂa tranquilo desde hace mucho tiempo. El camino que me ha llevado hasta este lugar en el que hoy dejo pasar las horas, se desdibuja en mi memoria como la nieve al caer en el suelo mojado. Se evapora. Se aleja de mĂ.
Retazos de mi anterior vida, vuelven a mis ojos cerrados, a mis sueños en la madrugada y deseo atraparlos tan fuerte que nunca se vayan, pero se van sin yo darme cuenta... Se van. No veo mĂ¡s que caras sin rostro que vienen y van. Hoy he encontrado papel y lĂ¡piz en un rincĂ³n de este lugar que no consigo recordar y he decidido que cuando mis recuerdos lleguen los escribirĂ©; esa serĂ¡ mi manera de atraparlos al fin.
Pasan los dĂas y yo paseo sin rumbo por jardines que no conozco, como comida que no saboreo y oigo voces que no entiendo. Los recuerdos volverĂ¡n porque siempre vuelven. Un dĂa en un instante vendrĂ¡n y despuĂ©s se irĂ¡n, pero yo estarĂ© preparada y los cautivarĂ© en mi trampa de papel.
Estoy sentada cerca de un lago, en un paisaje hermoso que no provoca nada en mĂ. De repente un destello de luz se refleja en el agua, apenas dura un instante, pero yo consigo verlo. Me incorporo y, curiosa, acerco mi rostro al lago. El agua, cristalina, me devuelve el reflejo de mi rostro. Recoloco un mechĂ³n de cabello detrĂ¡s de mi oreja y observo mi mirada. Una lĂ¡grima se desliza por mi mejilla hasta caer al lago y con sus ondas desdibuja mi imagen. Las ondas cesan y el lago me muestra otro rostro, un rostro tan parecido al anterior, tan familiar que mis recuerdos comienzan a acariciar imĂ¡genes en mi memoria.
Intento moverme para recuperar el lĂ¡piz y el papel que estĂ¡n en el lugar en el que yo descansaba hace unos minutos, pero no puedo moverme. El rostro del lago me sonrĂe y sin mover los labios puedo oĂr su voz en mi cabeza.
«Nela», pronuncia mi nombre... SĂ, ese es mi nombre.
«Nela», susurro, quiero gritar mas ella lleva un dedo a su boca en señal de silencio.
«Mañana volverĂ©, tĂº tan solo recuĂ©rdame y no olvides tu nombre», las ondas revolotean de nuevo en el agua y el reflejo de mi rostro vuelve a mĂ.