lunes, 25 de mayo de 2020

Concédeme el olvido

¿Dónde se esconden los versos que escribiré?
¿En mis dedos tal vez?,
en la memoria de mis recuerdos,
en el escalofrío de mi piel.

En mis lágrimas saladas,
en la rabia...
de los oscuros recuerdos que me acompañan.

Callo mis recuerdos,
los escondo en mis entrañas.
Pero a veces se me escapan,
yo no quiero que lo hagan.

Muchos de ellos logré silenciarlos,
matarlos y enterrarlos.
Cavé la tumba con mis manos,
y mis dedos se desangraron.

No bailaré más su oscura danza,
no acudiré a su llamada.
La distancia me hará libre,
procuraré que lo haga.

Tejeré cadenas de escalofríos,
de rabia, de noches de delirio.
De nudos en el alma y
sentimientos escondidos.

Allí hallaré los versos perdidos,
que calmarán mi alma.
Ya veo a mis hadas,
me saludan y me abrazan...
Susurran palabras de amor,
que acarician mi alma.

Ellas sellan mis recuerdos,
serenan mi olvido.


domingo, 3 de mayo de 2020

Escribir

Escribir... Un deseo reprimido, escondido y tan anhelado por mí.

He tardado tanto en decidirme a que mis escritos vean la luz, que mi inseguridad es probablemente del tamaño de un elefante. Sé que estoy aprendiendo, evolucionando, y sé que publicar mis libros y mis cuentos me hace exponerme a críticas. Me hace vulnerable.

Escribo porque me gusta, porque para mí es liberador, porque es mi mejor forma de expresión y entiendo que habrá a quien le guste y a quien no. A mí misma no me suelen gustar las mismas cosas que a la mayoría de la gente; soy un poco rara, lo reconozco.

Ya os he comentado que lo mismo me encanta Dolores Redondo, que Toti Martínez de Lezea. Que adoro el libro "El principito" o que mi película favorita es "Dracula" de Bram Stoker. No soy muy extrovertida y me encanta pasar la vida con mi familia y mis cuatro amigos.

Por eso ahora quizás aparezcan las malas críticas a mi trabajo y no sé cómo las voy a encajar. Supongo que al principio me agobiarán mucho, mucho. No me las podré quitar de la cabeza y luego, con el paso de los días, iré respirando y encajando la situación poco a poco. Porque si hay algo que soy es optimista y positiva, pero eso no quiere decir que no tenga días horribles y tristes, que los tengo.

Así que, desde aquí, quiero deciros que si os gusta lo que escribo seré inmensamente feliz y si no os gusta, me haréis una pequeña muesca en mi corazoncito, que lameré y curaré, y que probablemente me haga mejor escritora, pues las críticas, si son constructivas, me harán crecer.

A fin de cuentas, la vida son dos días y más ahora que una pandemia nos acosa. No dejaré de escribir porque forma parte de mí y se lo debo a mis hadas...

Y porque cuando cierro los ojos, suavecito, sin apretar... Veo la vida como en realidad es, escucho los susurros de mis hadas y vuelvo al sendero de hierba donde el sol me acaricia el rostro.