domingo, 3 de mayo de 2020

Escribir

Escribir... Un deseo reprimido, escondido y tan anhelado por mí.

He tardado tanto en decidirme a que mis escritos vean la luz, que mi inseguridad es probablemente del tamaño de un elefante. Sé que estoy aprendiendo, evolucionando, y sé que publicar mis libros y mis cuentos me hace exponerme a críticas. Me hace vulnerable.

Escribo porque me gusta, porque para mí es liberador, porque es mi mejor forma de expresión y entiendo que habrá a quien le guste y a quien no. A mí misma no me suelen gustar las mismas cosas que a la mayoría de la gente; soy un poco rara, lo reconozco.

Ya os he comentado que lo mismo me encanta Dolores Redondo, que Toti Martínez de Lezea. Que adoro el libro "El principito" o que mi película favorita es "Dracula" de Bram Stoker. No soy muy extrovertida y me encanta pasar la vida con mi familia y mis cuatro amigos.

Por eso ahora quizás aparezcan las malas críticas a mi trabajo y no sé cómo las voy a encajar. Supongo que al principio me agobiarán mucho, mucho. No me las podré quitar de la cabeza y luego, con el paso de los días, iré respirando y encajando la situación poco a poco. Porque si hay algo que soy es optimista y positiva, pero eso no quiere decir que no tenga días horribles y tristes, que los tengo.

Así que, desde aquí, quiero deciros que si os gusta lo que escribo seré inmensamente feliz y si no os gusta, me haréis una pequeña muesca en mi corazoncito, que lameré y curaré, y que probablemente me haga mejor escritora, pues las críticas, si son constructivas, me harán crecer.

A fin de cuentas, la vida son dos días y más ahora que una pandemia nos acosa. No dejaré de escribir porque forma parte de mí y se lo debo a mis hadas...

Y porque cuando cierro los ojos, suavecito, sin apretar... Veo la vida como en realidad es, escucho los susurros de mis hadas y vuelvo al sendero de hierba donde el sol me acaricia el rostro.





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