jueves, 29 de agosto de 2019

XIRA

En un pueblo perdido en el Norte habitan las Xiras, pequeñas hadas con forma de mariposa. No tienen contacto entre ellas ni con los humanos, salvo con la familia de Alicia. El pueblo es un lugar maravilloso, con sus montes verdes, su frío río y el prado que hay cerca de la ermita. Es un lugar lleno de olores a flores silvestres, donde la suave brisa te despeina el cabello y te hace sentir como si estuvieras en el lugar más hermoso que existe.

La historia de Alicia y su familia es una historia de renuncia y generosidad. Alicia nos enseña que la magia existe a nuestro alrededor, solo tenemos que creer y mirar todas las maravillas que tenemos a nuestro alcance y a veces no somos capaces de ver.

Las Xiras son seres mágicos que nos acompañan y a veces nos susurran el camino que debemos tomar, pero no siempre estamos dispuestos a escuchar lo que el silencio nos trae. Debemos vivir más en el presente porque si miramos muy lejos, al caminar podemos tropezar con las piedras que están cerquita de nuestros pies. Hay que pasear por la vida admirando el paisaje, siendo conscientes de que nuestras vidas tienen principio y fin. No sabemos cuándo nos iremos y ahí está la grandeza de nuestra existencia. Si nos preocupamos demasiado viendo lo que otros tienen y fingimos ser lo que no somos, no podremos avanzar. 

Alicia aprendió que lo más importante en la vida de cualquier persona son los vínculos que tejemos con las personas que amamos. 

Xira fue mi primer cuento, una historia escrita con el corazón, llena de amor, magia, generosidad...
El cuento está disponible tanto en versión ebook como en papel, en Amazon. Espero que todos los que leáis el libro podáis ver, aunque sea una vez en vuestra vida, un Xira

Yo he conseguido ver alguna... O eso creo.




jueves, 22 de agosto de 2019

El árbol de la vida

Estaba sentada en la hierba, la espalda apoyada en el viejo árbol y los pies descalzos sumergidos en la frías aguas del río. Ese viejo árbol siempre la había acompañado en sus muchas alegrías y alguna que otra tristeza. Era su rincón favorito del mundo entero. Desde que era pequeñita se sentaba a su lado y metía los pies en el agua cristalina, cerraba los ojos y oía el sonido del agua pasar y los pájaros cantando.

Ahora que su pelo se había tornado plata le gustaba sentarse allí a recordar todos los momentos  vividos. El primer beso, cuando conoció al amor de su vida, el nacimiento de sus hijos y luego la llegada de los nietos. Su vida había sido un camino de altos y bajos pero con un recorrido suave, aceptando los problemas cuando llegaban e intentando no obsesionarse demasiado con nada, además de su amigo especial.

Cerraba los ojos y en silencio hablaban. El árbol le contaba historias vividas por él y otras que llegaban a sus raíces. Los árboles se comunican entre ellos por el sonido que emiten sus hojas al ondear al viento y por pequeños movimientos de sus raíces bajo la tierra.

Si abrazas un árbol podrás sentir toda la energía que guarda en su interior. Son guardianes silenciosos de la historia vivida por los habitantes de esta tierra. Por eso, cuando el monte se quema nos quemamos todos un poco por dentro y el Mundo se vuelve un poco más oscuro.






domingo, 18 de agosto de 2019

Creando recuerdos

El día de regreso de las vacaciones siempre me produce sentimientos encontrados. Deseo volver a casa, es el lugar donde mejor me siento del mundo pero al mismo tiempo me hubiera gustado crear "pequeños instantes infinitos" de algunos momentos.

Me gustaría cerrar los ojos y volver a esos paseos con mi niño, que es el mejor conversador del mundo, siempre con historias interesantes que contar y lleno de vida. También esos abrazos sin final con mi niña y su maravillosa forma de ser, siempre dispuesta a hacer sentir especial a todo el mundo. La mano de mi amor agarrándome fuerte, siempre juntos creando recuerdos. Fabricando sonrisas para Aitite, que ha pasado unos días con nosotros y recordando a la Abuela, que seguro nos miraba desde el cielo con una sonrisa.

Para mí estos momentos son los que cuentan, los que nos hacen ser una Familia. Crear vínculos con mi gente para que el día de mañana mis niños tengan unas raíces fuertes y unos principios que les hagan valorar lo que la vida les va dando. Les enseña a disfrutar sin desear lo que otros tienen, ni aparentar para que les acepten en un grupo determinado.

El año que viene volveremos a crear recuerdos de vacaciones maravillosas y mientras tanto disfrutaremos de la tan necesaria rutina. Maravillosa rutina.








sábado, 17 de agosto de 2019

El Regreso...

Era noche de luna llena y la leyenda transmitida de generación en generación decía que esa era la noche en que La Dama regresaría. Nadie sabía exactamente cómo se produciría la llegada ni cómo era ella en realidad. Durante muchas lunas, quizás demasiadas, habían tenido que vivir escondidos, pero eso cambiaría cuando ella regresase. Ella les llevaría de nuevo a lo más alto.

Algunos de los escritos la describían como una mujer cruel a la que no le importaba nada más que el poder. Algunos de los habitantes del pueblo veían con miedo el que ella regresara; otros querían que volviera cuanto antes. Todos los Guardianes de los escritos estaban en el Lago Sagrado que venera la imagen de la Diosa. Solo ellos podían recibirla como se merecía.

En cuanto la luz de la Luna tocó el Lago, un resplandor inmenso cegó a los allí presentes y del agua emergió un Dragón. En esa reencarnación había elegido la forma de un Dragón. Era impresionante cómo las escamas rojas de su cuerpo se reflejaban a la luz de la Luna y el agua del Lago repartía sus destellos por todo el Templo. Ella abrió los ojos, de un amarillo cegador, y emitió un largo rugido que heló la sangre de todos los allí presentes y, seguramente, de todo el que lo hubiera oído en kilómetros a la redonda. Entonces habló:

-He vuelto después de milenios esperando el momento adecuado. A mi lado volveréis a ser una gran civilización. Es mi momento de empezar a gobernar.

Entonces alzó el vuelo, recorriendo todo el pueblo, y las gentes de la aldea salían a verla, entre asustadas y maravilladas a la vez.

En un castillo lejano, un Gran Mago miraba el horizonte que se tornaba rojo. La Luna había desaparecido y al ver volar la silueta de la Dama, no podía evitar que un escalofrío recorriese todo su cuerpo, a la vez que una lágrima rodaba por su mejilla...


viernes, 16 de agosto de 2019

La Familia

En la casa todo eran personas corriendo de un lado para otro, había un ajetreo maravilloso y la alegría inundaba cada rincón. Era el día más esperado del año, sobre todo por los niños. A casa venían familiares a los que solo veían ese día del año. Se ponían colchones en cada habitación para que pudieran dormir todos en la casa que, aunque era grande, no tenía habitaciones para todos.

A Mary le encantaba esa fiesta y pasaba la mañana peinando a su hermana pequeña. Las dos cumplían años el mismo día, ¡qué casualidad! La niña cumplía 10 años y debían contarle la historia que unía a su familia con ese día en concreto.

Cerca de su casa había una zona con un grupo de árboles, uno por cada niña o niño de la familia que había nacido en esa fecha. En esos momentos, en la familia solo había dos cumpleañeras bendecidas por las Hadas de los Bosques, seres con ciertas habilidades especiales que debían salvaguardar y proteger la zona sagrada en la que vivían.

La ceremonia comenzaría al mediodía y duraría hasta la medianoche. En el pueblo se oían historias sobre La Familia, aunque nadie podía asegurar que fueran ciertas. Era una familia muy querida y respetada por todo el mundo. Si era cierto que eran capaces de hacer las cosas que se rumoreaban, todos los habitantes del pueblo debían de estar muy agradecidos. El lugar era un paraje de ensueño y nunca había desastres ni problemas graves de salud.

En el reloj del salón sonaban las doce cuando Mary y su hermana entraban acompañadas de las Hadas del Bosque. Mary deseaba que la profecía fuese un error. No era la primera vez que alguno de los escritos se había equivocado...

domingo, 4 de agosto de 2019

Pequeñas conversaciones

-¿Cómo sabré qué camino debo tomar? -preguntó.
-Oh, Cariño -dijo acariciándole el pelo-, no lo sabrás. Por lo menos, no lo sabrás en el momento de tomar la decisión. En ese instante, solo sentirás como una punzada en el estómago que te dice que estás haciendo lo correcto. Pero los resultados de las decisiones solo se ven cuando miras de lejos, cuando echas la vista atrás y haces balance de todo lo vivido. Si las cosas que te sacan una sonrisa son más que las que no, supongo que habrás decidido bien.
-¿Entonces debo de mirar las cosas siempre con perspectiva?
-Para nada, debes de mirar siempre cerquita, como si fueras miope. Lo importante de la vida se mira con la vista corta, nunca con la larga. Siempre hay algo en tu interior que te guía. No acalles nunca tu voz interior, es sabia.
-¿Y si me equivoco?
-Claro que te equivocarás, mil millones de veces. Lo importante es aprender de las equivocaciones y no albergar nunca resentimiento hacia nadie ni nada. Si algo o alguien no te gusta o no te hace feliz, apártalo de tu vida, pero con una caricia, nunca con un empujón.
Déjate llevar por esta maravillosa vida, disfruta de un atardecer, el canto de un pájaro, moja tus pies descalzos en un río, vive y disfruta de los buenos momentos. Porque también habrá momentos oscuros, que te harán llorar.
Llora tus penas, no las retengas dentro de ti.
Di lo que no te gusta, no lo guardes, pero dilo con cariño.
Si tomas decisiones equivocadas, no culpes a nadie, solo tú eres responsable de tus actos o decisiones. Rectifica y mira adelante.
Esfuérzate por conseguir lo que deseas. Lo conseguido sin esfuerzo se cobrará su precio en cualquier momento.
Toma decisiones y no te acomodes, intenta crecer día a día.
No te regodees en el dolor, llóralo y apártalo de tu vida.


sábado, 3 de agosto de 2019

La Decisión

En el suelo de la cocina había muchas páginas rotas, seguramente de algún libro antiguo. La estancia, medio en penumbra, dejaba ver una fina línea de luz que se colaba entre las cortinas. En la luz volaban cientos de diminutas motas de polvo, parecía polvo de hadas. Ella sonrió por la ocurrencia, "polvo de hadas".

Había pasado tanto tiempo desde aquello... ¿Por qué no conseguía apartarlo de su cabeza?
Por la noches el recuerdo volvía con fuerza y la ahogaba, era como si todas las noches fueran ese oscuro día. ¿Por qué decidió marcharse? ¿Por qué tomó esa insensata decisión? No fue porque no supiera lo que sucedería, ni porque no conociese las consecuencias de todo aquello. Tampoco podía culparle a él de lo que sucedió. A fin de cuentas, le conocía bien, sabía de lo que era capaz. Solo ella era la responsable de sus actos.

Se levantó del suelo con un movimiento rápido y delicado, la punta de sus pies quedó a un palmo del suelo. Giró sus manos, una alrededor de otra, sin apenas rozarse y las páginas del libro las imitaron. En un segundo, el libro estaba intacto encima de la mesa.

Se atusó el cabello por detrás de las orejas que acababan en una punta muy fina. Abrió los brazos y su cuerpo giró sobre sí mismo, dejando ver unas alas preciosas en la espalda de la mujer.

Había tardado mucho tiempo, pero sabía lo que debía hacer. Debía intentar arreglarlo.

Debía volver...



viernes, 2 de agosto de 2019

Cuento para Sonia

La Sra. Lestrange llevaba otra vez un transportín de gatos calle arriba. Tenía cara de pocos amigos, como siempre. Giró la esquina y entró en el jardín de la primera casa, llamó al timbre y una mujer salió a abrir.

-¿Cómo usted por aquí, Sra. Lestrange? -Le preguntó, fijándose en lo que llevaba en la mano, entonces su cara cambió de repente-. ¿No me digas que ahí está...? ¿Esa es mi niña?
-Sí, Elisabeth, es su niña. Si usted evitara que se colase en mi casa cada dos por tres, no pasaría esto. Ya le había avisado que sucedería. Así aprenderá.

Una vez en casa, Sonia se fue a su cuarto. La Sra. Lestrange la había convertido en gato... "¡Puaj! ¡Un gato! No me gustan los gatos, ahora pasaré un día entero lamiéndome el cuerpo", supuso que no le gustaría. Menos mal que ese era un hechizo de los cortos. Se oían historias de niños a los que había cambiado una semana entera. No podía evitar entrar en casa de la bruja del barrio. ¿Qué clase de niña no entraría en casa de una bruja?

No salió de su cuarto hasta la cena. Cuanto menos se cruzara con su madre, mejor. Para cenar le pusieron jamón cocido, cosa que le encantó. Claro, era un gato.

A la noche se acurrucó en el sofá un rato con su padre, otro rato con su madre y con su hermana.
La acariciaban mientras ella ronroneaba. "¡Qué sensación tan agradable!", pensó.

Desde aquel día ama a los gatos, tiene una especial conexión con ellos y yo creo que entiende lo que dicen... Pero esto último es un secreto, no se lo digáis a nadie.

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Mañana será tu cumpleaños, preciosa. Fuiste un poquito trasto de pequeña. Casi, casi como yo 😜.
Te regalo este cuento escrito con el corazón. Espero que te guste.

FELICIDADES. TE QUIERO.