lunes, 4 de enero de 2021

Sueños de gotas de lluvia y rayos de sol

Él escribe palabras con tinta de luna, en lo alto de una montaña perdida.
Una montaña sin nombre ni dirección conocida.
Palabras que cuentan historias de decisiones y de amoríos,
de tristezas y de alegrías, de vidas nuevas y paseos por el olvido...

Ella trenza caminos, indicando destinos.
Caminos que cambian con las decisiones del que camina perdido.
Ella deja señales para guiar a los vivos,
mas pocos las siguen pues caminan sin mirar el camino.

Un día una niña se extravía,
camina observando cada detalle del sendero escondido.
La niña llega a la montaña, alcanzó su destino.

La niña saluda feliz pues cree haber alcanzado su destino.
Él y Ella la miran curiosos y entristecidos.

—Niña preciosa, ¿te has perdido? 
—No, este es mi destino.
—¡Oh, mi pequeña niña! Este no es tu destino. 
—¿Estás segura? Yo seguí las señales que me indicaba el camino.

Ella busca el sendero de la niña en sus trenzas de caminos.
La niña no miente, ese es el final de su destino.

Él busca los versos que aclaren aquel desatino,
encuentra la historia y lee:

«Una niña camina por un sencillo sendero,
días y días sin atisbar destino.
La niña mira a lo lejos, no ve el fin de su camino,
mas cercano a sus pies discurre otro distinto.

Es un camino de piedras y de oscuros bosques,
de subidas y bajadas, de tormentas y plácidos lagos.

La niña no lo piensa y cambia su camino,
pues aunque sea duro, ese al menos la llevará a un destino.

Vivirá aventuras, sentirá miedo y frío,
pero así es la vida, luchar le da sentido.

Caminar bajo la tormenta agradece la caricia del sol y
subir una alta montaña enseña acantilados y atardeceres anaranjados.

El sencillo sendero de la niña no la llevaba a ningún lugar,
se atrevió a cambiar de camino y por eso su destino será:
pintar sueños con gotas de lluvia y rayos de sol,
en este maravilloso lugar».

Desde aquel día 
Él escribió historias con versos de luna,
Ella trenzó caminos y
La niña pintó sueños de lluvia y sol.



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