El día de regreso de las vacaciones siempre me produce sentimientos encontrados. Deseo volver a casa, es el lugar donde mejor me siento del mundo pero al mismo tiempo me hubiera gustado crear "pequeños instantes infinitos" de algunos momentos.
Me gustaría cerrar los ojos y volver a esos paseos con mi niño, que es el mejor conversador del mundo, siempre con historias interesantes que contar y lleno de vida. También esos abrazos sin final con mi niña y su maravillosa forma de ser, siempre dispuesta a hacer sentir especial a todo el mundo. La mano de mi amor agarrándome fuerte, siempre juntos creando recuerdos. Fabricando sonrisas para Aitite, que ha pasado unos días con nosotros y recordando a la Abuela, que seguro nos miraba desde el cielo con una sonrisa.
Para mí estos momentos son los que cuentan, los que nos hacen ser una Familia. Crear vínculos con mi gente para que el día de mañana mis niños tengan unas raíces fuertes y unos principios que les hagan valorar lo que la vida les va dando. Les enseña a disfrutar sin desear lo que otros tienen, ni aparentar para que les acepten en un grupo determinado.
El año que viene volveremos a crear recuerdos de vacaciones maravillosas y mientras tanto disfrutaremos de la tan necesaria rutina. Maravillosa rutina.
domingo, 18 de agosto de 2019
sábado, 17 de agosto de 2019
El Regreso...
Era noche de luna llena y la leyenda transmitida de generación en generación decía que esa era la noche en que La Dama regresaría. Nadie sabía exactamente cómo se produciría la llegada ni cómo era ella en realidad. Durante muchas lunas, quizás demasiadas, habían tenido que vivir escondidos, pero eso cambiaría cuando ella regresase. Ella les llevaría de nuevo a lo más alto.
Algunos de los escritos la describían como una mujer cruel a la que no le importaba nada más que el poder. Algunos de los habitantes del pueblo veían con miedo el que ella regresara; otros querían que volviera cuanto antes. Todos los Guardianes de los escritos estaban en el Lago Sagrado que venera la imagen de la Diosa. Solo ellos podían recibirla como se merecía.
En cuanto la luz de la Luna tocó el Lago, un resplandor inmenso cegó a los allí presentes y del agua emergió un Dragón. En esa reencarnación había elegido la forma de un Dragón. Era impresionante cómo las escamas rojas de su cuerpo se reflejaban a la luz de la Luna y el agua del Lago repartía sus destellos por todo el Templo. Ella abrió los ojos, de un amarillo cegador, y emitió un largo rugido que heló la sangre de todos los allí presentes y, seguramente, de todo el que lo hubiera oído en kilómetros a la redonda. Entonces habló:
-He vuelto después de milenios esperando el momento adecuado. A mi lado volveréis a ser una gran civilización. Es mi momento de empezar a gobernar.
Entonces alzó el vuelo, recorriendo todo el pueblo, y las gentes de la aldea salían a verla, entre asustadas y maravilladas a la vez.
En un castillo lejano, un Gran Mago miraba el horizonte que se tornaba rojo. La Luna había desaparecido y al ver volar la silueta de la Dama, no podía evitar que un escalofrío recorriese todo su cuerpo, a la vez que una lágrima rodaba por su mejilla...
Algunos de los escritos la describían como una mujer cruel a la que no le importaba nada más que el poder. Algunos de los habitantes del pueblo veían con miedo el que ella regresara; otros querían que volviera cuanto antes. Todos los Guardianes de los escritos estaban en el Lago Sagrado que venera la imagen de la Diosa. Solo ellos podían recibirla como se merecía.
En cuanto la luz de la Luna tocó el Lago, un resplandor inmenso cegó a los allí presentes y del agua emergió un Dragón. En esa reencarnación había elegido la forma de un Dragón. Era impresionante cómo las escamas rojas de su cuerpo se reflejaban a la luz de la Luna y el agua del Lago repartía sus destellos por todo el Templo. Ella abrió los ojos, de un amarillo cegador, y emitió un largo rugido que heló la sangre de todos los allí presentes y, seguramente, de todo el que lo hubiera oído en kilómetros a la redonda. Entonces habló:
-He vuelto después de milenios esperando el momento adecuado. A mi lado volveréis a ser una gran civilización. Es mi momento de empezar a gobernar.
Entonces alzó el vuelo, recorriendo todo el pueblo, y las gentes de la aldea salían a verla, entre asustadas y maravilladas a la vez.
En un castillo lejano, un Gran Mago miraba el horizonte que se tornaba rojo. La Luna había desaparecido y al ver volar la silueta de la Dama, no podía evitar que un escalofrío recorriese todo su cuerpo, a la vez que una lágrima rodaba por su mejilla...
viernes, 16 de agosto de 2019
La Familia
En la casa todo eran personas corriendo de un lado para otro, había un ajetreo maravilloso y la alegría inundaba cada rincón. Era el día más esperado del año, sobre todo por los niños. A casa venían familiares a los que solo veían ese día del año. Se ponían colchones en cada habitación para que pudieran dormir todos en la casa que, aunque era grande, no tenía habitaciones para todos.
A Mary le encantaba esa fiesta y pasaba la mañana peinando a su hermana pequeña. Las dos cumplían años el mismo día, ¡qué casualidad! La niña cumplía 10 años y debían contarle la historia que unía a su familia con ese día en concreto.
Cerca de su casa había una zona con un grupo de árboles, uno por cada niña o niño de la familia que había nacido en esa fecha. En esos momentos, en la familia solo había dos cumpleañeras bendecidas por las Hadas de los Bosques, seres con ciertas habilidades especiales que debían salvaguardar y proteger la zona sagrada en la que vivían.
La ceremonia comenzaría al mediodía y duraría hasta la medianoche. En el pueblo se oían historias sobre La Familia, aunque nadie podía asegurar que fueran ciertas. Era una familia muy querida y respetada por todo el mundo. Si era cierto que eran capaces de hacer las cosas que se rumoreaban, todos los habitantes del pueblo debían de estar muy agradecidos. El lugar era un paraje de ensueño y nunca había desastres ni problemas graves de salud.
En el reloj del salón sonaban las doce cuando Mary y su hermana entraban acompañadas de las Hadas del Bosque. Mary deseaba que la profecía fuese un error. No era la primera vez que alguno de los escritos se había equivocado...
A Mary le encantaba esa fiesta y pasaba la mañana peinando a su hermana pequeña. Las dos cumplían años el mismo día, ¡qué casualidad! La niña cumplía 10 años y debían contarle la historia que unía a su familia con ese día en concreto.
Cerca de su casa había una zona con un grupo de árboles, uno por cada niña o niño de la familia que había nacido en esa fecha. En esos momentos, en la familia solo había dos cumpleañeras bendecidas por las Hadas de los Bosques, seres con ciertas habilidades especiales que debían salvaguardar y proteger la zona sagrada en la que vivían.
La ceremonia comenzaría al mediodía y duraría hasta la medianoche. En el pueblo se oían historias sobre La Familia, aunque nadie podía asegurar que fueran ciertas. Era una familia muy querida y respetada por todo el mundo. Si era cierto que eran capaces de hacer las cosas que se rumoreaban, todos los habitantes del pueblo debían de estar muy agradecidos. El lugar era un paraje de ensueño y nunca había desastres ni problemas graves de salud.
En el reloj del salón sonaban las doce cuando Mary y su hermana entraban acompañadas de las Hadas del Bosque. Mary deseaba que la profecía fuese un error. No era la primera vez que alguno de los escritos se había equivocado...
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