lunes, 14 de octubre de 2019

El Templo de la profecía...

Llevaba tanto tiempo planeando el viaje que cuando llegó el día de preparar las maletas sentía que no podía ser cierto, mañana a esa misma hora estaría paseando por las calles de El Cairo. No había contratado el típico viaje con visita al museo y crucero por el Nilo, había decidido que se hospedaría en un buen hotel, pero las excursiones las haría por su cuenta.

Alex conocía a un chico que trabajaba en temas informáticos en el Museo de El Cairo. Le conoció durante el master que realizaron juntos en Cambridge y aunque hacía tiempo que no se veían mantenían el contacto por Whatsapp. Él sería quien le guiaría por la ciudad.

Al bajar del avión sintió aquella sensación que te invade cuando llegas a un lugar tan diferente en costumbres. La magia y la historia de aquel maravilloso país le calaron nada más poner el pie en tierra... El calor, el idioma y algo que no supo qué era empezó a crecer en su interior. Buscó alrededor y allí estaba Ivan, esperándole en la puerta con su gran sonrisa y aquellos pelos alborotados. Cogieron un taxi al hotel y una vez hubo dejado el equipaje, Ivan le llevó a ver unas ruinas en las afueras, cerca de la ciudad de Luxor.

Era un lugar poco concurrido por turistas, un Templo dedicado a uno de los tantos dioses que adoraban los antiguos egipcios. Ninguno de los dos era un experto en aquellos temas, Ivan sabía algo más por su trabajo en el Museo pero los dos no pasaban de simples aficionados. Alex se sintió maravillado al entrar en el Templo, tanto es así que ni siquiera se dio cuenta de que había perdido de vista a Ivan, caminaba como en una especie de trance mirando aquí y allá. Bajó unas escaleras que aparecieron como de la nada y llegó a una estancia que parecía sacada de una antigua película sobre Cleopatra.

Alex miró a su espalda y vio que las escaleras habían desaparecido, en su lugar se extendía la prolongación de aquel maravilloso y siniestro lugar. Sacó el móvil del bolsillo con las manos sudorosas y temblando de frío y miedo. La temperatura había descendido varios grados y podía ver el humo salir de su boca al respirar. El móvil no respondía y unos pasos avanzando lentamente resonaban en las paredes del Templo...





No hay comentarios:

Publicar un comentario