El viento soplaba feroz esos días en el pueblo, los más ancianos decían que nunca habían vivido algo así. Muchos árboles estaban arrancados y algunas de las casas habían sufrido graves desperfectos en los tejados, el viento no daba tregua para poder repararlas.
Todo comenzó el día de Santo Tomás, era uno de los días más bonitos del año, pues todos los habitantes del pueblo salían a celebrar la vida con sus vecinos. Amaneció un día espectacular, radiante de sol aunque frío a la vez, pero nada que un buen abrigo no pudiera arreglar. Sobre la una del mediodía una brisa cálida empezó a arreciar, nubes negras viajaban rápidas hacia el pueblo y antes de que pudieran recoger los puestos del mercadillo estalló la gran tormenta de lluvia y viento.
Ya habían pasado tres largos días sin que la tormenta les diera una tregua, no sabían si había habido muertos ni los destrozos reales que estaba ocasionando pues el viento era tal que nadie osaba salir a la calle. Parecía que el mundo se hubiera sumido en una noche eterna pues las nubes negras se negaban a dejar pasar el sol.
Entonces, cuando ya pensaban que estaba todo acabado, oyeron el sonido de una bella canción. Temerosos, los habitantes del pueblo salieron poco a poco de sus casas y allí estaban ellos, hermosos seres tocando instrumentos desconocidos que emitían los sonidos más dulces jamás escuchados. Las nubes se abrían al paso de aquellos seres y el sol volvía a bendecirles con su luz. Una de aquellas mágicas criaturas descabalgó y con lágrimas en los ojos se acercó al Gran Roble que presidía la plaza del pueblo, estaba partido en varios trozos. Con cuidado, tomó una de las ramas y dejó caer unas lágrimas sobre ella, la plantó en la tierra y al instante brotaron pequeños brotes verdes de ella.
-Queridos habitantes de este hermoso lugar, debéis cuidar la vida que os rodea. Este árbol debe mantenerse vivo si queréis seguir viviendo. Si en el futuro necesitáis de nuestra ayuda, un alma pura deberá susurrarle vuestra petición al árbol y él se comunicará con nosotros.
Habían pasado cientos de años desde aquel día y en la plaza del pueblo el Roble crecía majestuoso. Una placa al pie del Gran Árbol narraba la leyenda, aunque muchos de los lugareños ya no creían en ella. La hija del veterinario, una hermosa niña cubierta de pecas y pelo negro, se acercó ese día al Gran Árbol y escuchó lo que este le decía.
-Los hombres negros caminan rápido, dentro de dos lunas estarán en el pueblo. Avisa a tus mayores. Si quieres que los Seres Mágicos os ayuden, debes de susurrármelo o no os podré ayudar.
La niña corrió por el pueblo gritando las noticias que el árbol le había contado, mas las gentes no hicieron caso de lo que la niña decía... Al cabo de dos lunas, los extraños llegaron al pueblo y las nubes volvieron a tapar el sol. La niña escapó de la casa y se aferró al Gran Árbol, susurrándole ayuda. Uno de los hombres oscuros que la vio lanzó una flecha que se clavó en el roble. Este estalló en llamas al contacto con la flecha. Al disiparse el humo, apareció la niña postrada a los pies del árbol y las ramas del mismo protegiéndola. El árbol estaba muerto y quemado por completo pero la niña no tenía ni un solo rasguño.
Los hombres oscuros miraron hacia las colinas cercanas y huyeron pues el viento traía de nuevo dulces sonidos.
viernes, 27 de diciembre de 2019
lunes, 23 de diciembre de 2019
Gracias 2019, te espero 2020 🍀💗
Gracias, esa es la primera palabra que se me ocurre decirle a 2019. Este año siempre será especial para mí, pues ha sido el año en el que al fin me he decidido a escribir y mostrar a la gente mis escritos.
Escribir es algo que ya forma parte de mí y no creo que pueda dejar de hacerlo nunca. Cómo son las cosas ¿verdad?... Algo te ronda la cabeza pero lo reprimes, lo escondes, intentas apartarlo de tu mente con pensamientos como: "yo no sería capaz de hacerlo", "eso no está hecho para mí" o simplemente agitas la cabeza y dejas de pensar en ello, pero vuelve y vuelve... Hasta que, como en mi caso, te sientas delante de una hoja en blanco y "voilà", se hace la magia y el sueño va cobrando forma.
Agradezco cada línea de mis libros, cuentos o blog leída por vosotros. Es un verdadero privilegio que me leáis. Aspiro a haceros viajar a lugares llenos de magia, que la piel se os erice de miedo de vez en cuando, que unas lágrimas asomen a vuestros ojos de emoción o que viváis en la piel de alguno de los personajes de mis cuentos... Como veis, sueños fáciles de realizar 😅.
Deciros que estoy acabando mi última novela El Linaje. Espero tenerla acabada en un par de meses. Entonces intentaré publicar con una editorial, así que estad atentos a mis próximos movimientos. Por supuesto, no dejaré de escribir mis cuentos, esos maravillosos susurros de mis Hadas, que me hacen tan feliz.
Os animo a hacerme llegar vuestras opiniones sobre cualquiera de mis cuentos o sobre mis libros. Podéis hacerlo a través de mi cuenta de instagram, o a través de mi e-mail. Agradezco cada palabra vuestra y espero que sigamos creciendo en 2020.
¡¡2020, qué número más bonito!! Seguro que será un año lleno de cosas maravillosas.
🍀💗🍀💗🍀💗🍀💗
lunes, 9 de diciembre de 2019
La Señora
Anna llevaba varios años trabajando para la Señora, era una especie de secretaria que le llevaba la agenda y organizaba todos sus compromisos. Recuerda que la primera vez que la vio en persona fue durante la entrevista para el puesto y le impresionó mucho, le pareció una mujer segura pero que al mirarla un poco más profundo dejaba intuir una sombra oscura en su interior.
Con el tiempo se dio cuenta de que todo en la vida de la Señora era fachada. Unas amistades cultivadas por interés, un marido siempre ocupado en "sus negocios" y unos hijos demasiado solos.
Los empleados más antiguos contaban historias, decían que los padres de la Señora eran agricultores que con mucho esfuerzo lograron pagar unos estudios a su hija. Solo eran habladurías pues en el tiempo que ella llevaba trabajando, nunca había oido mencionar que tuviera familia. Decían que se avergonzaba de donde procedía.
Su vida era como un castillo brillante y de cristal, parecía que todo en ella era hermoso. Pero ese castillo de cristal estaba plagado, en realidad, de miles de pequeñas fisuras, imperceptibles a simple vista... Pero que en cualquier momento podían hacer que todo estallara en pedazos.
Era la mañana de Nochebuena y Anna esperaba en el despacho de la Señora. Era la última reunión del año, ya que Anna siempre pasaba las vacaciones de Navidad con su familia. Nada más verla entrar por la puerta del despacho Anna supo que algo estaba sucediendo, la sonrisa de su jefa era como un rayo de sol antes de la tormenta y ella la conocía bien. Tendría que andarse con pies de plomo si no quería contrariarla.
-Anna, antes de irte cancela mi presencia en la cena de esta noche en el Hotel. Sólo acudirán mi marido y los niños.
Anna la miraba de reojo mientras tomaba nota y no sabía si debía preguntar, ni qué decir. El temblor en el labio inferior de la Señora indicaba que estaba conteniendo el llanto.
-¿Señora..?
Anna no llegó a decir nada más ya que el llanto brotó incontrolable. Era un llanto ansioso que había estado reprimido y encerrado demasiado tiempo. Las dos mujeres se miraron a los ojos. Anna asintió con la cabeza y, tomándola de la mano, la guió a un asiento. La Señora no necesitó palabras para entender que podía confiar en ella. Le contó secretos, traiciones, infidelidades de su marido de las que era consentidora, trapicheos en los negocios y un sinfín de historias que la habían estado ahogando durante muchos años. Le contó que sus padres habían fallecido al poco de casarse y no llegaron a ver en lo que se había convertido. Nunca había ido a visitar sus tumbas y estaba segura de que no se alegrarían de la mujer en la que se había convertido, no la habían educado para eso.
-¿Por qué no intenta cambiar su vida si no le gusta? -preguntó Anna.
-Porque si la cambio me quedaré sola. Además, hay algo sobre mi marido que no he contado a nadie.
-¿Pero de qué sirve estar rodeada de gente, si realmente estás sola?
La expresión de sus ojos cambió. Ya no era tristeza lo que veía en sus ojos, era miedo. Incluso podría decir que terror. Anna estaba segura de que lo que escondía de su marido era algo terrible.
Cuando la Señora estaba a punto de comenzar a hablar su marido entró en el despacho, portaba un graaan ramo de rosas rojas y un estuche de joyería en las manos. La Señora apartó instintivamente a Anna de su lado y tragándose las lágrimas sonrió a su esposo. Él ni se enteró de la complicidad que existía entre las dos mujeres. Anna esperó fuera del despacho mientras el matrimonio conversaba. Salieron los dos felices y sonrientes.
-Anna, olvida todo lo que hemos estado hablando, a la vuelta de tus vacaciones retomaremos la reunión donde la dejamos. Puedes comenzar ya tus vacaciones. ¡Feliz Navidad!
❅❅❅❅
Los empleados más antiguos contaban historias, decían que los padres de la Señora eran agricultores que con mucho esfuerzo lograron pagar unos estudios a su hija. Solo eran habladurías pues en el tiempo que ella llevaba trabajando, nunca había oido mencionar que tuviera familia. Decían que se avergonzaba de donde procedía.
Su vida era como un castillo brillante y de cristal, parecía que todo en ella era hermoso. Pero ese castillo de cristal estaba plagado, en realidad, de miles de pequeñas fisuras, imperceptibles a simple vista... Pero que en cualquier momento podían hacer que todo estallara en pedazos.
❅❅❅❅
Era la mañana de Nochebuena y Anna esperaba en el despacho de la Señora. Era la última reunión del año, ya que Anna siempre pasaba las vacaciones de Navidad con su familia. Nada más verla entrar por la puerta del despacho Anna supo que algo estaba sucediendo, la sonrisa de su jefa era como un rayo de sol antes de la tormenta y ella la conocía bien. Tendría que andarse con pies de plomo si no quería contrariarla.
-Anna, antes de irte cancela mi presencia en la cena de esta noche en el Hotel. Sólo acudirán mi marido y los niños.
Anna la miraba de reojo mientras tomaba nota y no sabía si debía preguntar, ni qué decir. El temblor en el labio inferior de la Señora indicaba que estaba conteniendo el llanto.
-¿Señora..?
Anna no llegó a decir nada más ya que el llanto brotó incontrolable. Era un llanto ansioso que había estado reprimido y encerrado demasiado tiempo. Las dos mujeres se miraron a los ojos. Anna asintió con la cabeza y, tomándola de la mano, la guió a un asiento. La Señora no necesitó palabras para entender que podía confiar en ella. Le contó secretos, traiciones, infidelidades de su marido de las que era consentidora, trapicheos en los negocios y un sinfín de historias que la habían estado ahogando durante muchos años. Le contó que sus padres habían fallecido al poco de casarse y no llegaron a ver en lo que se había convertido. Nunca había ido a visitar sus tumbas y estaba segura de que no se alegrarían de la mujer en la que se había convertido, no la habían educado para eso.
-¿Por qué no intenta cambiar su vida si no le gusta? -preguntó Anna.
-Porque si la cambio me quedaré sola. Además, hay algo sobre mi marido que no he contado a nadie.
-¿Pero de qué sirve estar rodeada de gente, si realmente estás sola?
❅❅❅❅
La expresión de sus ojos cambió. Ya no era tristeza lo que veía en sus ojos, era miedo. Incluso podría decir que terror. Anna estaba segura de que lo que escondía de su marido era algo terrible.
Cuando la Señora estaba a punto de comenzar a hablar su marido entró en el despacho, portaba un graaan ramo de rosas rojas y un estuche de joyería en las manos. La Señora apartó instintivamente a Anna de su lado y tragándose las lágrimas sonrió a su esposo. Él ni se enteró de la complicidad que existía entre las dos mujeres. Anna esperó fuera del despacho mientras el matrimonio conversaba. Salieron los dos felices y sonrientes.
-Anna, olvida todo lo que hemos estado hablando, a la vuelta de tus vacaciones retomaremos la reunión donde la dejamos. Puedes comenzar ya tus vacaciones. ¡Feliz Navidad!
viernes, 22 de noviembre de 2019
La noche fría
Todas las noches eran frías para ella, daba igual que fuera invierno o verano. Ella se acostaba y se tapaba tanto que solo dejaba un hueco para sus ojos, no le gustaba tapar su cara con las sábanas. Si a él se le ocurría venir prefería ver cómo se acercaba. No recordaba cuándo había sido la última vez que se había abandonado a un sueño tranquilo y feliz... No, ella no descansaba. Sus noches eran un duermevela continuo, pero si él decidía venir entonces era peor porque cuando él se iba el frío se apoderaba de todo su cuerpo y ya no volvía a cerrar sus ojos hasta la noche siguiente.
Sin embargo, algo en su vida había cambiado: hacía dos meses que su padre había decidido alquilar una de las habitaciones vacías. Desde entonces sus visitas nocturnas se habían espaciado. El muchacho al que le había alquilado la habitación era como un ángel: Limpio, de buenos modales y siempre tenía una sonrisa para ella. Le gustaba leer y se pasaban las horas hablando de los libros que ambos conocían. Poco a poco se dio cuenta de que algo iba naciendo entre los dos, ella al principio sentía rechazo cuando sus manos se rozaban o él se acercaba más de la cuenta. Él también sentía el frío que se instalaba en la habitación cuando su padre se sentaba cerca de ella y podía escuchar los pasos en la fría noche, una puerta que se abría en silencio y las lágrimas ahogadas en la almohada.
Llevaban un par de semanas yendo a leer al parque, siempre a escondidas de su padre. Si él se enterase de que sus conversaciones se daban fuera de los muros de la casa y en calidad de "amigos", a él le habría echado y ella hubiese pasado varios días en cama a causa de la paliza que le habría dado.
Esa tarde él se atrevió a preguntar y ella quiso responder. No hicieron falta promesas ni rechinar de dientes. Él la abrazó como nunca antes nadie la había abrazado. Sintió que el abrazo de un hombre también podía ser suave y le dio amor, amor del que inunda de una cálida luz todo tu interior y calma el alma. Algunos trocitos de su corazón destrozado se recompusieron con aquel abrazo.
Esa noche ella escuchó los pasos en el pasillo y la puerta que se abría, pero no era como otras noches, sentía que había algo extraño. Él le susurró que se vistiera. Ella obedeció y cogidos de la mano salieron del infierno. Les costó muchas lágrimas, conversaciones y abrazos, pero hubo un día en que pudo dormir sin frío y sin escudriñar el silencio de la noche.
sábado, 16 de noviembre de 2019
Una mala noche? II parte
Aquella mañana su mujer llevaría al niño a la guardería, así que fue paseando al metro. Por el camino no notó nada fuera de lo normal. La gente no comentaba nada de lo ocurrido por la noche y los periódicos tampoco lo mencionaban.
Al llegar a la oficina se dio cuenta de que parecía que todos habían pasado mala noche, pero ninguno recordaba lo que había soñado, salvo uno de los chicos del departamento de recursos humanos que dijo que había tenido una pesadilla que le había parecido muy real. Él prefirió callarse y hablarlo más tarde, a solas.
Solían ir siempre, los dos, a tomar café a media mañana. Se conocían desde la universidad y llevaban trabajando juntos un par de años. Al llegar a la cafetería le dijo lo que le había pasado por la noche y le preguntó si a él le había pasado lo mismo. Su amigo asintió muy sorprendido... Entonces, ¿no había sido un sueño? ¿Qué sería lo que había pasado? ¿Habría más gente que recordaba lo que había sucedido?
Empezaron a indagar en Internet y encontraron gente que contaba exactamente lo mismo que les había pasado a ellos. Todos los que recordaban lo sucedido eran de su ciudad y no eran más de 15 personas. En el resto del mundo nadie recordaba nada, incluso preguntaron a un amigo que trabajaba en la televisión local si tenía constancia de algún programa especial aquella madrugada y les dijo que no aparecía nada más que la programación habitual.
Los 15 contactaron entre ellos y decidieron que esperarían a ver si sucedía algo aquella noche.
Él y su mujer cenaron tranquilamente, como de costumbre acostaron al bebé y luego vieron una serie en la televisión. Ella se acostó antes y él chateó un rato con Los 15, antes de irse a dormir.
En mitad de la noche algo le despertó... Una voz en su cabeza le decía que debía ponerse en contacto con Los 15. Bajó a conectarse, aún dormido tecleó la clave del ordenador, los dedos le temblaban y sentía que debía de estar perdiendo la cabeza. Cuando la pantalla se abrió vio que estaban todos en línea, Los 15 y uno más. Todos habían oído la voz y esta procedía del participante número 16 del chat...
Al llegar a la oficina se dio cuenta de que parecía que todos habían pasado mala noche, pero ninguno recordaba lo que había soñado, salvo uno de los chicos del departamento de recursos humanos que dijo que había tenido una pesadilla que le había parecido muy real. Él prefirió callarse y hablarlo más tarde, a solas.
Solían ir siempre, los dos, a tomar café a media mañana. Se conocían desde la universidad y llevaban trabajando juntos un par de años. Al llegar a la cafetería le dijo lo que le había pasado por la noche y le preguntó si a él le había pasado lo mismo. Su amigo asintió muy sorprendido... Entonces, ¿no había sido un sueño? ¿Qué sería lo que había pasado? ¿Habría más gente que recordaba lo que había sucedido?
Empezaron a indagar en Internet y encontraron gente que contaba exactamente lo mismo que les había pasado a ellos. Todos los que recordaban lo sucedido eran de su ciudad y no eran más de 15 personas. En el resto del mundo nadie recordaba nada, incluso preguntaron a un amigo que trabajaba en la televisión local si tenía constancia de algún programa especial aquella madrugada y les dijo que no aparecía nada más que la programación habitual.
Los 15 contactaron entre ellos y decidieron que esperarían a ver si sucedía algo aquella noche.
Él y su mujer cenaron tranquilamente, como de costumbre acostaron al bebé y luego vieron una serie en la televisión. Ella se acostó antes y él chateó un rato con Los 15, antes de irse a dormir.
En mitad de la noche algo le despertó... Una voz en su cabeza le decía que debía ponerse en contacto con Los 15. Bajó a conectarse, aún dormido tecleó la clave del ordenador, los dedos le temblaban y sentía que debía de estar perdiendo la cabeza. Cuando la pantalla se abrió vio que estaban todos en línea, Los 15 y uno más. Todos habían oído la voz y esta procedía del participante número 16 del chat...
miércoles, 13 de noviembre de 2019
Una mala noche?
Se ha despertado con el sonido de unas sirenas en la calle, ha mirado el reloj de la mesilla y marca las 4 de la mañana. Todavía no está despierto del todo cuando se percata de que, lo que él creía que se trataba del sonido de sirenas no era tal cosa. Se asoma a la ventana y todo parece tranquilo, pero el sonido rítmico y alejado no cesa.
Al cabo de un rato aparece su mujer con cara de cansada, también le ha despertado aquel extraño sonido. Lleva el monitor de la cámara de vigilancia de la habitación del bebé en la mano, lo mira y suspira aliviado. Por lo menos, el peque no se ha despertado.
Vuelven a mirar por la ventana y ven que las luces de los edificios vecinos se van encendiendo, un par de coches de policía pasan por la calle a toda velocidad. El sonido se mete en su cabeza como una taladradora, no puede dejar de pensar en él y en un rinconcito de su mente el miedo empieza a hacer acto de presencia.
Su mujer y él se miran con cara de preocupación y se toman fuerte de la mano. Algo extraño está sucediendo y no saben qué es. Deciden encender la televisión y ven que hay una edición especial de informativos en todas las cadenas. Incluso en las intervenciones de los periodistas se oye ese desquiciante sonido. Informan que el sonido se oye en todos los rincones del planeta y nadie sabe de dónde procede.
Miran por la ventana y ven que la gente está empezando a salir a la calle, buscando el origen de aquel extraño sonido, y de repente... El silencio. No se oye nada. Los presentadores hablan en la televisión pero no se oye ningún sonido. Entonces, mediante subtítulos informan que nadie es capaz de oír nada en ninguna parte del mundo.
Una sensación de ahogo, pánico, náuseas y un sudor frío hacen temblar todo su cuerpo. Su mujer no es capaz de decir absolutamente nada, está en shock y solo mira a su bebé dormido, a través de la pantalla del monitor. En ese momento se vuelve a oír la voz de los presentadores en la televisión y parece que el extraño sonido ha cesado. Se preparan un té caliente y esperan un rato prudencial antes de volver a ir a la cama e intentar dormir.
Él no consigue conciliar el sueño y a las 6 de la mañana se mete bajo la ducha. Baja a tomar un café y enciende la radio, donde no comentan nada de lo ocurrido aquella madrugada. Su mujer se levanta y le pregunta que qué hace levantado tan temprano. Tampoco ella recuerda nada y le dice que habrá sido un mal sueño, mirándole con cara de preocupación.
Al cabo de un rato aparece su mujer con cara de cansada, también le ha despertado aquel extraño sonido. Lleva el monitor de la cámara de vigilancia de la habitación del bebé en la mano, lo mira y suspira aliviado. Por lo menos, el peque no se ha despertado.
Vuelven a mirar por la ventana y ven que las luces de los edificios vecinos se van encendiendo, un par de coches de policía pasan por la calle a toda velocidad. El sonido se mete en su cabeza como una taladradora, no puede dejar de pensar en él y en un rinconcito de su mente el miedo empieza a hacer acto de presencia.
Su mujer y él se miran con cara de preocupación y se toman fuerte de la mano. Algo extraño está sucediendo y no saben qué es. Deciden encender la televisión y ven que hay una edición especial de informativos en todas las cadenas. Incluso en las intervenciones de los periodistas se oye ese desquiciante sonido. Informan que el sonido se oye en todos los rincones del planeta y nadie sabe de dónde procede.
Miran por la ventana y ven que la gente está empezando a salir a la calle, buscando el origen de aquel extraño sonido, y de repente... El silencio. No se oye nada. Los presentadores hablan en la televisión pero no se oye ningún sonido. Entonces, mediante subtítulos informan que nadie es capaz de oír nada en ninguna parte del mundo.
Una sensación de ahogo, pánico, náuseas y un sudor frío hacen temblar todo su cuerpo. Su mujer no es capaz de decir absolutamente nada, está en shock y solo mira a su bebé dormido, a través de la pantalla del monitor. En ese momento se vuelve a oír la voz de los presentadores en la televisión y parece que el extraño sonido ha cesado. Se preparan un té caliente y esperan un rato prudencial antes de volver a ir a la cama e intentar dormir.
Él no consigue conciliar el sueño y a las 6 de la mañana se mete bajo la ducha. Baja a tomar un café y enciende la radio, donde no comentan nada de lo ocurrido aquella madrugada. Su mujer se levanta y le pregunta que qué hace levantado tan temprano. Tampoco ella recuerda nada y le dice que habrá sido un mal sueño, mirándole con cara de preocupación.
jueves, 7 de noviembre de 2019
Mi Niña
La lluvia moja tu cara,
La lluvia moja tu frente.
Empapa tu pelo y tu mirada inocente.
Y los pájaros cantan,
La canción de siempre.
No hay ningún sol,
En la pradera de mi mente.
Solo mi cara de tu cara pendiente.
Y susurra mi niña,
Una risa reluciente.
Y mi mirada se ilumina,
Y te veo resplandeciente.,
Y las nubes se alejan
Y te beso muy fuerte.
Solo quiero mi niña,
Que crezcas muy fuerte.
No me asustes mi niña,
Que me muero por verte.
Sonriendo y creciendo,
Caminando valiente.
No te asustes mi niña,
Si son grises tus sueños.
Yo me duermo a tu lado,
Y los pinto relucientes.
La lluvia moja mi cara,
La lluvia moja mi frente.
Empapa mi pelo y mi mirada impaciente.
Y los pájaros cantan,
Una canción diferente.
Y hay miles de soles,
En la pradera de mi mente.
La lluvia moja tu frente.
Empapa tu pelo y tu mirada inocente.
Y los pájaros cantan,
La canción de siempre.
No hay ningún sol,
En la pradera de mi mente.
Solo mi cara de tu cara pendiente.
Y susurra mi niña,
Una risa reluciente.
Y mi mirada se ilumina,
Y te veo resplandeciente.,
Y las nubes se alejan
Y te beso muy fuerte.
Solo quiero mi niña,
Que crezcas muy fuerte.
No me asustes mi niña,
Que me muero por verte.
Sonriendo y creciendo,
Caminando valiente.
No te asustes mi niña,
Si son grises tus sueños.
Yo me duermo a tu lado,
Y los pinto relucientes.
La lluvia moja mi cara,
La lluvia moja mi frente.
Empapa mi pelo y mi mirada impaciente.
Y los pájaros cantan,
Una canción diferente.
Y hay miles de soles,
En la pradera de mi mente.
domingo, 3 de noviembre de 2019
Una triste Señorita
Conocí hace tiempo, a una triste Señorita
Que vivía en eterna negación
Pues nada en su vida le producía satisfacción.
Le gustaba la tristeza y quejarse ¡un montón!
Pues de su vida se quejaba,
Más no ponía solución.
Y el tiempo fue pasando, tan deprisa, muy deprisa.
Sin pensar en mi triste Señorita.
Y al llegar a la vejez, de repente se dio cuenta,
Que no había disfrutado de su vida, ¡no Señor!
Y mirando despacito, muy adentro en su interior,
Descubrió que en su vida había perdido
Oportunidades infinitas para sonreír, ¡cómo no!
Y a sus nietos les decía, suavecito a baja voz,
Disfrutad de la vida, sin envidias, por favor.
Pues todo en esta vida puede enseñarnos una lección.
Yo aprendí muy tarde a ver el Sol.
Lo buscaba siempre lejos y eso me cegó.
Pues el Sol es más bonito reflejado en una flor.
No quería nubes cerca, sin nubes pensaba que estaría mejor.
Más las nubes en la vida nos ayudan un montón.
Tapan el Sol más deslumbrante que nos ciega de ambición.
Ahora es tarde para la triste Señorita.
No pudo parar su reloj.
Y aquí queda su historia para que aprendáis, por favor.
El camino más bonito no es perfecto, no Señor.
Con las piedras y la lluvia el camino es mejor.
Pues las piedras nos enseñan a mirar a nuestros pies,
a no desviarnos del camino que debemos recorrer.
Y la lluvia nos refresca, nos ayuda a renacer.
Que vivía en eterna negación
Pues nada en su vida le producía satisfacción.
Le gustaba la tristeza y quejarse ¡un montón!
Pues de su vida se quejaba,
Más no ponía solución.
Y el tiempo fue pasando, tan deprisa, muy deprisa.
Sin pensar en mi triste Señorita.
Y al llegar a la vejez, de repente se dio cuenta,
Que no había disfrutado de su vida, ¡no Señor!
Y mirando despacito, muy adentro en su interior,
Descubrió que en su vida había perdido
Oportunidades infinitas para sonreír, ¡cómo no!
Y a sus nietos les decía, suavecito a baja voz,
Disfrutad de la vida, sin envidias, por favor.
Pues todo en esta vida puede enseñarnos una lección.
Yo aprendí muy tarde a ver el Sol.
Lo buscaba siempre lejos y eso me cegó.
Pues el Sol es más bonito reflejado en una flor.
No quería nubes cerca, sin nubes pensaba que estaría mejor.
Más las nubes en la vida nos ayudan un montón.
Tapan el Sol más deslumbrante que nos ciega de ambición.
Ahora es tarde para la triste Señorita.
No pudo parar su reloj.
Y aquí queda su historia para que aprendáis, por favor.
El camino más bonito no es perfecto, no Señor.
Con las piedras y la lluvia el camino es mejor.
Pues las piedras nos enseñan a mirar a nuestros pies,
a no desviarnos del camino que debemos recorrer.
Y la lluvia nos refresca, nos ayuda a renacer.
domingo, 27 de octubre de 2019
El secreto.
Las montañas empezaban cubrirse con los primeros copos de nieve. En la pequeña cabaña ya tenían todo preparado para el duro invierno, la leña estaba cortada y amontonada en la entrada de la casa. Las provisiones ese año no eran muy buenas: una plaga había acabado con una gran parte de sus plantas de cereal y el cerdo que cebaban todos los años no había engordado mucho.
Él era el tercero de cuatro hermanos, todos varones menos una niña, pequeña y enfermiza, que era la alegría de aquella casa. Su madre había fallecido a los pocos días de dar a luz a la niña y su padre no había vuelto a ser el mismo. No se podía decir que fuera un alcohólico, pero sí que tenía un problema con la bebida. Procuraba que ninguno de sus hijos le vieran borracho y todos los días, cuando creía que ya dormían, bebía hasta perder el conocimiento.
Él se esforzaba por cazar y pescar todo lo que podía durante el invierno. El primogénito no vivía con ellos. Estaba casado y tenía su propia familia, aunque les ayudaba en todo lo que podía. El siguiente al primogénito era aprendiz en la casa del carpintero y éste le daba algo de comida de vez en cuando para la familia.
Esa mañana, un séquito real había llegado al pueblo, buscaban a un hombre y registraban todas las casas del pueblo una por una. Su padre estaba muy raro desde que aquellos hombres llegaron al pueblo y a la noche, cuando todos dormían, despertó a su hijo y le dijo que tenía que esconderse en el bosque durante unos días. Le explicó que era a él al que buscaban y que a su regreso le contaría qué era lo que estaba sucediendo. Nunca había visto a su padre tan nervioso, salvo el día que les tuvo que contar que su madre había fallecido.
Al día siguiente, los hombres del rey entraron en la casa y preguntaron por el cabeza de familia. Él les comentó que había tenido que partir, ya que le habían llegado noticias de que su hermano había fallecido y había ido a acompañar a su viuda e hijos. Los hombres registraron la propiedad, desmantelaron toda la casa y él se fijó en unas tablas sueltas que quedaron al descubierto al levantar el colchón de paja donde dormía su padre. Cuando los hombres se hubieron marchado el muchacho levantó las tablas. Allí encontró una andrajosa bolsa que desprendía un olor nauseabundo, al abrirla no podía creer lo que veían sus ojos...
Él era el tercero de cuatro hermanos, todos varones menos una niña, pequeña y enfermiza, que era la alegría de aquella casa. Su madre había fallecido a los pocos días de dar a luz a la niña y su padre no había vuelto a ser el mismo. No se podía decir que fuera un alcohólico, pero sí que tenía un problema con la bebida. Procuraba que ninguno de sus hijos le vieran borracho y todos los días, cuando creía que ya dormían, bebía hasta perder el conocimiento.
Él se esforzaba por cazar y pescar todo lo que podía durante el invierno. El primogénito no vivía con ellos. Estaba casado y tenía su propia familia, aunque les ayudaba en todo lo que podía. El siguiente al primogénito era aprendiz en la casa del carpintero y éste le daba algo de comida de vez en cuando para la familia.
Esa mañana, un séquito real había llegado al pueblo, buscaban a un hombre y registraban todas las casas del pueblo una por una. Su padre estaba muy raro desde que aquellos hombres llegaron al pueblo y a la noche, cuando todos dormían, despertó a su hijo y le dijo que tenía que esconderse en el bosque durante unos días. Le explicó que era a él al que buscaban y que a su regreso le contaría qué era lo que estaba sucediendo. Nunca había visto a su padre tan nervioso, salvo el día que les tuvo que contar que su madre había fallecido.
Al día siguiente, los hombres del rey entraron en la casa y preguntaron por el cabeza de familia. Él les comentó que había tenido que partir, ya que le habían llegado noticias de que su hermano había fallecido y había ido a acompañar a su viuda e hijos. Los hombres registraron la propiedad, desmantelaron toda la casa y él se fijó en unas tablas sueltas que quedaron al descubierto al levantar el colchón de paja donde dormía su padre. Cuando los hombres se hubieron marchado el muchacho levantó las tablas. Allí encontró una andrajosa bolsa que desprendía un olor nauseabundo, al abrirla no podía creer lo que veían sus ojos...
domingo, 20 de octubre de 2019
Tic-Tac...
Había perdido la noción del tiempo, no podía saber si llevaba en aquella oscuridad unas horas o una semana. Pasaba el tiempo adormecida, perdida en extraños sueños. El tic-tac del reloj se colaba en su cerebro, a veces martilleándolo de forma atronadora y otras, hipnotizándola. Sus sentidos se agudizaban con el paso de las horas.
En aquella oscuridad eterna imaginó que después del golpe la habrían drogado porque ya empezaba a estar menos adormilada. Paseó las manos a tientas por el suelo hasta que sus dedos rozaron unos cuencos; en uno había agua y en otro una especie de pasta que olía a avena. El estómago le dio un vuelco y tuvo que apartar rápidamente su cabeza para no vomitar encima de lo que parecía ser su comida.
Con la cabeza más lúcida, echó de menos la dulce sensación que tenía cuando las drogas invadían su cuerpo. Había comprendido que estaba encerrada, secuestrada. Por lo que había comprobado palpando con sus manos, era una pequeña estancia. No había ninguna ventana y pensó que no debería comer ni beber hasta que no fuera absolutamente necesario. Buscó en sus bolsillos y no tenía ni móvil ni cartera, como era de esperar.
Intentaba mantener a raya su creciente sensación de agobio, sus ganas de gritar con todas sus fuerzas... Se tapaba los oídos susurrando canciones para intentar tapar aquel odioso tic-tac, pero tenía aquel sonido incrustado en su cabeza. Recordó las últimas palabras que tuvo con su amiga y la manera extraña en que se comportó durante toda la noche. Entonces pensó también que esa, exactamente esa madrugada hacía 5 años su madre apareció inconsciente en su cama. Sin signos de violencia, ni explicación médica para su estado... Llevaba 5 años en coma.
¿Tendría alguna relación aquello con lo que le estaba sucediendo?... Entonces un fuerte golpe la sobresaltó, una línea de luz se colaba por debajo de lo que parecía la puerta del habitáculo. Seguidamente escuchó unos pasos que se acercaban y la llave que daba vueltas en la cerradura.
Alguien estaba detrás de la puerta.
En aquella oscuridad eterna imaginó que después del golpe la habrían drogado porque ya empezaba a estar menos adormilada. Paseó las manos a tientas por el suelo hasta que sus dedos rozaron unos cuencos; en uno había agua y en otro una especie de pasta que olía a avena. El estómago le dio un vuelco y tuvo que apartar rápidamente su cabeza para no vomitar encima de lo que parecía ser su comida.
Con la cabeza más lúcida, echó de menos la dulce sensación que tenía cuando las drogas invadían su cuerpo. Había comprendido que estaba encerrada, secuestrada. Por lo que había comprobado palpando con sus manos, era una pequeña estancia. No había ninguna ventana y pensó que no debería comer ni beber hasta que no fuera absolutamente necesario. Buscó en sus bolsillos y no tenía ni móvil ni cartera, como era de esperar.
Intentaba mantener a raya su creciente sensación de agobio, sus ganas de gritar con todas sus fuerzas... Se tapaba los oídos susurrando canciones para intentar tapar aquel odioso tic-tac, pero tenía aquel sonido incrustado en su cabeza. Recordó las últimas palabras que tuvo con su amiga y la manera extraña en que se comportó durante toda la noche. Entonces pensó también que esa, exactamente esa madrugada hacía 5 años su madre apareció inconsciente en su cama. Sin signos de violencia, ni explicación médica para su estado... Llevaba 5 años en coma.
¿Tendría alguna relación aquello con lo que le estaba sucediendo?... Entonces un fuerte golpe la sobresaltó, una línea de luz se colaba por debajo de lo que parecía la puerta del habitáculo. Seguidamente escuchó unos pasos que se acercaban y la llave que daba vueltas en la cerradura.
Alguien estaba detrás de la puerta.
viernes, 18 de octubre de 2019
La Fiesta
Estaba en una esquina del salón, observaba a toda esa gente vestida de gala. Todos mostrando sus mejores sonrisas, maquillando sus problemas y dando una imagen de falsa felicidad. Si bien era cierto que alguna de las personas allí reunidas eran felices y sinceras, pero en aquel tipo de reuniones también a ellas les tocaba fingir y se podía saber perfectamente quienes eran, porque abandonaban la reunión en cuanto podían.
Su madre le había enseñado todo lo que sabía, ella era una experta en catalogar a las personas. "Este solo se mueve por interés... Ella no es de fiar, solo le importan las apariencias...". Echaba de menos charlar con ella, llevaba tanto tiempo en coma, postrada en esa cama de hospital que había olvidado el sonido de su voz.
Se fijó en que una de sus mejores amigas entraba por la puerta acompañada por su novio de toda la vida. Uno de los secretos que no había contado nunca a nadie era que sabía leer los labios perfectamente, de cuántas cosas se había enterado por esa habilidad. No pudo ver lo que su amiga le decía a su novio pero lo que él le respondió la sobresaltó un poco. "No creo que debas decírselo, no es de nuestra incumbencia y además no sabes si es verdad". Al girarse pudo ver que recorría la sala con la mirada hasta que la vio, levantó la mano saludándola para que fuera a su lado. A pesar de ir perfectamente vestida y maquillada pudo intuir la sombra de unas ojeras y los signos de preocupación en el rostro de su amiga.
Cuando se acercaba a su lado el novio de esta desapareció, mirándola enfadado. Estaba empezando a preocuparse de verdad.
-¿Qué os sucede? No tienes buen aspecto.
- Tenemos que hablar, pero aquí no. Es algo importante, mañana iré a tu casa a primera hora y hablaremos tranquilamente.
-Pero...
Entonces aparecieron unas amigas de la familia y no pudieron seguir hablando. Durante toda la noche notó como ella la evitaba y decidió que era hora de irse a casa, no aguantaba más tanta estupidez.
Estaba a punto de abrir su coche cuando un notó un fuerte golpe en la espalda y perdió el conocimiento. Despertó en completa oscuridad, solo oía su respiración y el tic-tac de un reloj a lo lejos...
Su madre le había enseñado todo lo que sabía, ella era una experta en catalogar a las personas. "Este solo se mueve por interés... Ella no es de fiar, solo le importan las apariencias...". Echaba de menos charlar con ella, llevaba tanto tiempo en coma, postrada en esa cama de hospital que había olvidado el sonido de su voz.
Se fijó en que una de sus mejores amigas entraba por la puerta acompañada por su novio de toda la vida. Uno de los secretos que no había contado nunca a nadie era que sabía leer los labios perfectamente, de cuántas cosas se había enterado por esa habilidad. No pudo ver lo que su amiga le decía a su novio pero lo que él le respondió la sobresaltó un poco. "No creo que debas decírselo, no es de nuestra incumbencia y además no sabes si es verdad". Al girarse pudo ver que recorría la sala con la mirada hasta que la vio, levantó la mano saludándola para que fuera a su lado. A pesar de ir perfectamente vestida y maquillada pudo intuir la sombra de unas ojeras y los signos de preocupación en el rostro de su amiga.
Cuando se acercaba a su lado el novio de esta desapareció, mirándola enfadado. Estaba empezando a preocuparse de verdad.
-¿Qué os sucede? No tienes buen aspecto.
- Tenemos que hablar, pero aquí no. Es algo importante, mañana iré a tu casa a primera hora y hablaremos tranquilamente.
-Pero...
Entonces aparecieron unas amigas de la familia y no pudieron seguir hablando. Durante toda la noche notó como ella la evitaba y decidió que era hora de irse a casa, no aguantaba más tanta estupidez.
Estaba a punto de abrir su coche cuando un notó un fuerte golpe en la espalda y perdió el conocimiento. Despertó en completa oscuridad, solo oía su respiración y el tic-tac de un reloj a lo lejos...
martes, 15 de octubre de 2019
Un cuento para Naira...
Era la madrugada del primer día de Marzo de hace ya unos cuantos años, nos acostamos con una buena nevada. Algo me despertó en mitad de la noche y bajé a beber un vaso de agua. Al asomarme a la ventana vi las calles cubiertas de un manto blanco y al fijarme en el alféizar lo vi allí plantado observándome con aquella mirada que nunca olvidaré.
Un ser diminuto, vestido con ropas muy abrigadas, me hacía señas para que le abriese la ventana. Yo no sabía si estaba soñando pero el caso es que abrí la ventana y le tendí la mano para ayudarle a entrar. Una vez dentro agradeció el calor del hogar y sentado en la palma de mi mano comenzó a hablarme de ella.
Ese día había nacido Naira. Me dijo que era un bebé precioso, que tendría una infancia feliz y se convertiría en una gran mujer. Tendría momentos de altos y bajos en la vida pero su carácter fuerte y su precioso interior la llevarían a conseguir todo lo que ella se propusiese. Llegaría a comprender que todo lo que ella podría llegar a sentir en su vida ya lo había sentido alguien antes que ella, pero que todos somos especiales en nuestro interior. Solo nos hace falta querernos y creer en nosotros mismos.
A la mañana siguiente el sonido del teléfono me despertó, nuestra pequeña había nacido. Yo ya lo sabía porque él me lo había dicho... ¿O había sido un sueño? La verdad es que no recordaba cómo había llegado a la cama, pero el caso es que al bajar a desayunar había un vaso de agua al lado de la ventana y en la nieve acumulada en el alféizar se podían distinguir pequeñas pisadas.
El esfuerzo es la clave para conseguir todo en la vida y las recompensas llegan... Siempre llegan.
Sé feliz en todo lo que te propongas, déjate guiar por el corazón pero siempre escuchando a tu cabeza y no olvides que solo tú puedes escribir lo que desees llegar a ser.
Un ser diminuto, vestido con ropas muy abrigadas, me hacía señas para que le abriese la ventana. Yo no sabía si estaba soñando pero el caso es que abrí la ventana y le tendí la mano para ayudarle a entrar. Una vez dentro agradeció el calor del hogar y sentado en la palma de mi mano comenzó a hablarme de ella.
Ese día había nacido Naira. Me dijo que era un bebé precioso, que tendría una infancia feliz y se convertiría en una gran mujer. Tendría momentos de altos y bajos en la vida pero su carácter fuerte y su precioso interior la llevarían a conseguir todo lo que ella se propusiese. Llegaría a comprender que todo lo que ella podría llegar a sentir en su vida ya lo había sentido alguien antes que ella, pero que todos somos especiales en nuestro interior. Solo nos hace falta querernos y creer en nosotros mismos.
A la mañana siguiente el sonido del teléfono me despertó, nuestra pequeña había nacido. Yo ya lo sabía porque él me lo había dicho... ¿O había sido un sueño? La verdad es que no recordaba cómo había llegado a la cama, pero el caso es que al bajar a desayunar había un vaso de agua al lado de la ventana y en la nieve acumulada en el alféizar se podían distinguir pequeñas pisadas.
El esfuerzo es la clave para conseguir todo en la vida y las recompensas llegan... Siempre llegan.
Sé feliz en todo lo que te propongas, déjate guiar por el corazón pero siempre escuchando a tu cabeza y no olvides que solo tú puedes escribir lo que desees llegar a ser.
lunes, 14 de octubre de 2019
El Templo de la profecía...
Llevaba tanto tiempo planeando el viaje que cuando llegó el día de preparar las maletas sentía que no podía ser cierto, mañana a esa misma hora estaría paseando por las calles de El Cairo. No había contratado el típico viaje con visita al museo y crucero por el Nilo, había decidido que se hospedaría en un buen hotel, pero las excursiones las haría por su cuenta.
Alex conocía a un chico que trabajaba en temas informáticos en el Museo de El Cairo. Le conoció durante el master que realizaron juntos en Cambridge y aunque hacía tiempo que no se veían mantenían el contacto por Whatsapp. Él sería quien le guiaría por la ciudad.
Al bajar del avión sintió aquella sensación que te invade cuando llegas a un lugar tan diferente en costumbres. La magia y la historia de aquel maravilloso país le calaron nada más poner el pie en tierra... El calor, el idioma y algo que no supo qué era empezó a crecer en su interior. Buscó alrededor y allí estaba Ivan, esperándole en la puerta con su gran sonrisa y aquellos pelos alborotados. Cogieron un taxi al hotel y una vez hubo dejado el equipaje, Ivan le llevó a ver unas ruinas en las afueras, cerca de la ciudad de Luxor.
Era un lugar poco concurrido por turistas, un Templo dedicado a uno de los tantos dioses que adoraban los antiguos egipcios. Ninguno de los dos era un experto en aquellos temas, Ivan sabía algo más por su trabajo en el Museo pero los dos no pasaban de simples aficionados. Alex se sintió maravillado al entrar en el Templo, tanto es así que ni siquiera se dio cuenta de que había perdido de vista a Ivan, caminaba como en una especie de trance mirando aquí y allá. Bajó unas escaleras que aparecieron como de la nada y llegó a una estancia que parecía sacada de una antigua película sobre Cleopatra.
Alex miró a su espalda y vio que las escaleras habían desaparecido, en su lugar se extendía la prolongación de aquel maravilloso y siniestro lugar. Sacó el móvil del bolsillo con las manos sudorosas y temblando de frío y miedo. La temperatura había descendido varios grados y podía ver el humo salir de su boca al respirar. El móvil no respondía y unos pasos avanzando lentamente resonaban en las paredes del Templo...
Alex conocía a un chico que trabajaba en temas informáticos en el Museo de El Cairo. Le conoció durante el master que realizaron juntos en Cambridge y aunque hacía tiempo que no se veían mantenían el contacto por Whatsapp. Él sería quien le guiaría por la ciudad.
Al bajar del avión sintió aquella sensación que te invade cuando llegas a un lugar tan diferente en costumbres. La magia y la historia de aquel maravilloso país le calaron nada más poner el pie en tierra... El calor, el idioma y algo que no supo qué era empezó a crecer en su interior. Buscó alrededor y allí estaba Ivan, esperándole en la puerta con su gran sonrisa y aquellos pelos alborotados. Cogieron un taxi al hotel y una vez hubo dejado el equipaje, Ivan le llevó a ver unas ruinas en las afueras, cerca de la ciudad de Luxor.
Era un lugar poco concurrido por turistas, un Templo dedicado a uno de los tantos dioses que adoraban los antiguos egipcios. Ninguno de los dos era un experto en aquellos temas, Ivan sabía algo más por su trabajo en el Museo pero los dos no pasaban de simples aficionados. Alex se sintió maravillado al entrar en el Templo, tanto es así que ni siquiera se dio cuenta de que había perdido de vista a Ivan, caminaba como en una especie de trance mirando aquí y allá. Bajó unas escaleras que aparecieron como de la nada y llegó a una estancia que parecía sacada de una antigua película sobre Cleopatra.
Alex miró a su espalda y vio que las escaleras habían desaparecido, en su lugar se extendía la prolongación de aquel maravilloso y siniestro lugar. Sacó el móvil del bolsillo con las manos sudorosas y temblando de frío y miedo. La temperatura había descendido varios grados y podía ver el humo salir de su boca al respirar. El móvil no respondía y unos pasos avanzando lentamente resonaban en las paredes del Templo...
martes, 8 de octubre de 2019
La Prisionera
Caminaba descalza, los pies destrozados por la piedras del sendero y los ojos nublados de esperanzas perdidas. No sabía cuánto tiempo llevaba caminando cuando al fin vio las luces de la ciudad a lo lejos. Caminaba entre las sombras para no ser vista, ellos ya la estarían buscando desde hacía unas cuantas horas.
Si lograba llegar a la ciudad antes de que se hiciera de noche otra vez, ellos tendrían que regresar y sería libre... No sería libre para siempre, la libertad se la arrebataron antes incluso de capturarla. Se la arrebataron cuando sus sueños en la noche dejaron de ser suyos para ser de ellos, entonces sus noches pasaron a ser pesadillas o simplemente insomnio.
Más que por ella, deseaba llegar a la ciudad para pedir ayuda y que nadie volviera a caer en sus manos. Ella ya había perdido tanto...
Salió del camino, levantó la mirada al cielo y cerró los ojos, sus labios murmuraban palabras olvidadas y de repente él apareció. Era tal y como ella le recordaba, quizá su cabello se había vuelto blanco en algunas zonas pero el resto parecía igual a cuando ella desapareció. La miró a los ojos y entonces ella comprendió que no era él mismo, sus ojos envueltos en lágrimas eran tristes, ancianos y desesperados.
Se abrazaron llorando, mientras la guardia les rodeaba. Estaba a salvo y se sentía mal, nunca había imaginado que él podría haber sufrido tanto y eso le hacía sentirse también culpable. Se había vuelto una experta en sentirse culpable por absolutamente todo.
Esa noche en casa durmieron abrazados y por primera vez desde hacía mucho tiempo no tuvo sueños, solo una noche tranquila. Al despertar le miró a los ojos y vio que la expresión de dolor que había en ellos la noche anterior se había suavizado y entonces tuvo de nuevo esperanza.
Lucharían juntos, ahora ella sabía mucho sobre sus enemigos. Ellos también sabían mucho sobre ella pero de momento ella había ganado... Ella había escapado.
Si lograba llegar a la ciudad antes de que se hiciera de noche otra vez, ellos tendrían que regresar y sería libre... No sería libre para siempre, la libertad se la arrebataron antes incluso de capturarla. Se la arrebataron cuando sus sueños en la noche dejaron de ser suyos para ser de ellos, entonces sus noches pasaron a ser pesadillas o simplemente insomnio.
Más que por ella, deseaba llegar a la ciudad para pedir ayuda y que nadie volviera a caer en sus manos. Ella ya había perdido tanto...
Salió del camino, levantó la mirada al cielo y cerró los ojos, sus labios murmuraban palabras olvidadas y de repente él apareció. Era tal y como ella le recordaba, quizá su cabello se había vuelto blanco en algunas zonas pero el resto parecía igual a cuando ella desapareció. La miró a los ojos y entonces ella comprendió que no era él mismo, sus ojos envueltos en lágrimas eran tristes, ancianos y desesperados.
Se abrazaron llorando, mientras la guardia les rodeaba. Estaba a salvo y se sentía mal, nunca había imaginado que él podría haber sufrido tanto y eso le hacía sentirse también culpable. Se había vuelto una experta en sentirse culpable por absolutamente todo.
Esa noche en casa durmieron abrazados y por primera vez desde hacía mucho tiempo no tuvo sueños, solo una noche tranquila. Al despertar le miró a los ojos y vio que la expresión de dolor que había en ellos la noche anterior se había suavizado y entonces tuvo de nuevo esperanza.
Lucharían juntos, ahora ella sabía mucho sobre sus enemigos. Ellos también sabían mucho sobre ella pero de momento ella había ganado... Ella había escapado.
jueves, 19 de septiembre de 2019
Miedo
Paseaba por el puerto en una tarde del mes de Septiembre. El cielo empezaba a tornase rojizo en el horizonte y él se sentó a ver cómo la noche tomaba la riendas. El olor a salitre, el rumor de las olas al romper y la brisa de la noche que se va tornando cada vez más fría, calmaban un poco aquel sentimiento de incertidumbre.
Su cabeza decía una cosa, su intuición le gritaba otra muy diferente y pese a la edad y la experiencia no lograba entenderse ni a él mismo muchas veces. "¿Por qué no podía decir lo que sentía a la gente a la que quería?", se preguntaba y él mismo se respondía, probablemente porque no lo sabía.
Algo se rompió en él el día que le dieron la noticia y se culpaba por los besos que no dio, los abrazos que se guardó y las veces que, pese a saberse afortunado, no valoró en conciencia lo que tenía. Sabía que había cometido mil errores y pese a haber aprendido la lección no era capaz de poner en práctica todo lo que sabía que NO debía hacer. La gente a la que amaba se le escapaba de las manos como la arena entre los dedos. Era algo que no tenía remedio, él lo sabía y aunque le dolía no era capaz de ponerle remedio.
Se encontraba tan solo, ya no le quedaba nadie que le preguntase cómo se encontraba y la verdad era que tampoco estaba seguro de querer que nadie lo hiciera. Cerró los ojos y aspiró el frío aroma de la noche. No sabía el tiempo que llevaba allí parado mirando a ningún lugar, pero debía de ser ya muy tarde. Se levantó y al meter las manos en los bolsillos notó algo en uno de ellos: era una vieja foto de una flor. Un nudo en la garganta le ahogó y las lágrimas brotaron con una fuerza desconocida. Era la foto de la flor que ella hizo el día que les dieron la noticia. Entonces corrió a buscarla, a decirle todo lo que llevaba dentro y entendió qué era lo que le pasaba... MIEDO, eso es lo que le ahogaba.
Su cabeza decía una cosa, su intuición le gritaba otra muy diferente y pese a la edad y la experiencia no lograba entenderse ni a él mismo muchas veces. "¿Por qué no podía decir lo que sentía a la gente a la que quería?", se preguntaba y él mismo se respondía, probablemente porque no lo sabía.
Algo se rompió en él el día que le dieron la noticia y se culpaba por los besos que no dio, los abrazos que se guardó y las veces que, pese a saberse afortunado, no valoró en conciencia lo que tenía. Sabía que había cometido mil errores y pese a haber aprendido la lección no era capaz de poner en práctica todo lo que sabía que NO debía hacer. La gente a la que amaba se le escapaba de las manos como la arena entre los dedos. Era algo que no tenía remedio, él lo sabía y aunque le dolía no era capaz de ponerle remedio.
Se encontraba tan solo, ya no le quedaba nadie que le preguntase cómo se encontraba y la verdad era que tampoco estaba seguro de querer que nadie lo hiciera. Cerró los ojos y aspiró el frío aroma de la noche. No sabía el tiempo que llevaba allí parado mirando a ningún lugar, pero debía de ser ya muy tarde. Se levantó y al meter las manos en los bolsillos notó algo en uno de ellos: era una vieja foto de una flor. Un nudo en la garganta le ahogó y las lágrimas brotaron con una fuerza desconocida. Era la foto de la flor que ella hizo el día que les dieron la noticia. Entonces corrió a buscarla, a decirle todo lo que llevaba dentro y entendió qué era lo que le pasaba... MIEDO, eso es lo que le ahogaba.
domingo, 15 de septiembre de 2019
Nueva ilusión...
Llevaba unos días dándole vueltas a la continuación de mi libro Gelgar, El Mago, pero por cosas del destino escribí el cuento de El linaje, al que siguió El linaje II y III y ya no he podido parar.
La historia me llama y me atrapa, los personajes van naciendo en mi mente y así será durante unos meses. La novela estará en mi cabeza continuamente formando historias, es un proceso difícil de explicar. Pero lo que empieza como unas pocas líneas se va perfilando en mi cabeza, durante todo el día, como una historia... Unos días escribo tan solo unas pocas líneas y otros puedo escribir varios capítulos. Las ideas afloran a mi mente a veces de forma suave y a veces atropelladamente, como si alguien me las estuviera dictando expresamente.
El caso es que El linaje me tiene atrapada, aún no sé cuantos personajes tendrá ni como serán sus nombres, tampoco sé como irá discurriendo la historia. No sé si en este caso habrá un final feliz o será algo triste y desastroso. Lo único que es cierto es que me hace feliz... Me llena y me da un poco de vértigo a la vez.
No me cansaré nunca de daros las gracias a todxs los que leéis mi blog, y si leéis mis libros ya ni te cuento. Habrá a quién le gusten y también a quién no, pero a todxs os AGRADEZCO de corazón que viajéis conmigo a mundos de papel y conozcáis vidas escritas con la letra de los susurros de mi mente.
Cuando El linaje esté acabado os aviso ...
La historia me llama y me atrapa, los personajes van naciendo en mi mente y así será durante unos meses. La novela estará en mi cabeza continuamente formando historias, es un proceso difícil de explicar. Pero lo que empieza como unas pocas líneas se va perfilando en mi cabeza, durante todo el día, como una historia... Unos días escribo tan solo unas pocas líneas y otros puedo escribir varios capítulos. Las ideas afloran a mi mente a veces de forma suave y a veces atropelladamente, como si alguien me las estuviera dictando expresamente.
El caso es que El linaje me tiene atrapada, aún no sé cuantos personajes tendrá ni como serán sus nombres, tampoco sé como irá discurriendo la historia. No sé si en este caso habrá un final feliz o será algo triste y desastroso. Lo único que es cierto es que me hace feliz... Me llena y me da un poco de vértigo a la vez.
No me cansaré nunca de daros las gracias a todxs los que leéis mi blog, y si leéis mis libros ya ni te cuento. Habrá a quién le gusten y también a quién no, pero a todxs os AGRADEZCO de corazón que viajéis conmigo a mundos de papel y conozcáis vidas escritas con la letra de los susurros de mi mente.
Cuando El linaje esté acabado os aviso ...
miércoles, 11 de septiembre de 2019
El Linaje III...
Era muy pronto por la mañana. Desde la ventana de su casa podía ver perfectamente la empinada carretera que llevaba a la Colina de las Viejas. Era un lugar de belleza inhóspita, con grandes árboles que parecían escudriñar a cualquier visitante que osara poner sus pies en ella. En la cima de la Colina estaba la Gran Casona, llevaba muchos años temiendo que Ellos volvieran. Cuando hacía unos meses empezaron las obras de rehabilitación quiso pensar que a la casa se mudaría alguna pareja joven con niños. ¡Iluso!
Cuando vio los dos coches oscuros subir por la Colina sintió como la fría y densa niebla invadía el pueblo y pensó en huir, ya que no tenía edad ni ganas de pelear. Él sabía que en alguna de aquellas ventanas alguien horrible también estaba observando el pueblo y maquinando la venganza.
Se sentó en la entrada de su casa y preparó su vieja pipa con esmero y cuidado, mirando fijamente al horizonte pero su mirada estaba perdida en antiguos y dolorosos recuerdos. El humo ascendía lentamente formando extrañas figuras en el aire y entonces sintió frío, un frío que te hiela la sangre y te eriza la piel, que te paraliza y te deja un regusto amargo en la boca... Era miedo... Miedo real y tangible. Sabía que el pasado volvía a su casa, una casa ya vacía. Solo quedaban ellos dos y había llegado el momento de sincerarse con su nieto, debía saber que su hermanastro había vuelto y la razón de ello no era otra que matarlos a los dos...
Cuando vio los dos coches oscuros subir por la Colina sintió como la fría y densa niebla invadía el pueblo y pensó en huir, ya que no tenía edad ni ganas de pelear. Él sabía que en alguna de aquellas ventanas alguien horrible también estaba observando el pueblo y maquinando la venganza.
Se sentó en la entrada de su casa y preparó su vieja pipa con esmero y cuidado, mirando fijamente al horizonte pero su mirada estaba perdida en antiguos y dolorosos recuerdos. El humo ascendía lentamente formando extrañas figuras en el aire y entonces sintió frío, un frío que te hiela la sangre y te eriza la piel, que te paraliza y te deja un regusto amargo en la boca... Era miedo... Miedo real y tangible. Sabía que el pasado volvía a su casa, una casa ya vacía. Solo quedaban ellos dos y había llegado el momento de sincerarse con su nieto, debía saber que su hermanastro había vuelto y la razón de ello no era otra que matarlos a los dos...
domingo, 8 de septiembre de 2019
El Linaje II...
Llegaron al atardecer a la entrada de la vieja casa. No le costó nada reconocerla, había visto muchas fotos antiguas en los álbumes familiares. Sus tíos siempre le decían que algún día volverían a vivir allí, en la colina de las Viejas, pero él nunca se lo creyó del todo.
Subió a su habitación en silencio y deshizo el equipaje antes de bajar a cenar. Los criados llevaban varios días en la casa para que estuviera todo perfecto a su llegada. En el gran comedor olía a comida, pintura y muebles nuevos, pero no era el olor de comienzo e ilusión que hay en la casa en que una familia decide iniciar una nueva vida... No, no era ese olor... Era el olor de la rancia venganza, de los sucios linajes de sangre y limpieza de raza, de oscuros secretos y crueldades escondidas por odio.
Saludó a sus tíos que le esperaban sentados a la mesa y empezaron a cenar. Hablaban entre ellos en muy contadas ocasiones y no, no se querían, en aquella familia solo existían sentimientos oscuros.
Los criados eran figuras sin vida, grises y de mirada perdida. Cuando bajaban al pueblo a comprar provisiones la gente del pueblo les evitaba y más de uno pensaba que no tenían alma, que eran muertos en vida y algo de razón tenían.
Amanecía en la Casona y él debía empezar a hacer efectiva su venganza. Lo primero que haría en aquella mañana sería buscar a aquella asquerosa familia que le había arrebatado su poder y su sangre. Miró por el amplio ventanal de su habitación y desde allí contempló el pueblo sumido en la espesa niebla del odio. Una amplia sonrisa dibujó su deformado rostro reflejado en la ventana...
Subió a su habitación en silencio y deshizo el equipaje antes de bajar a cenar. Los criados llevaban varios días en la casa para que estuviera todo perfecto a su llegada. En el gran comedor olía a comida, pintura y muebles nuevos, pero no era el olor de comienzo e ilusión que hay en la casa en que una familia decide iniciar una nueva vida... No, no era ese olor... Era el olor de la rancia venganza, de los sucios linajes de sangre y limpieza de raza, de oscuros secretos y crueldades escondidas por odio.
Saludó a sus tíos que le esperaban sentados a la mesa y empezaron a cenar. Hablaban entre ellos en muy contadas ocasiones y no, no se querían, en aquella familia solo existían sentimientos oscuros.
Los criados eran figuras sin vida, grises y de mirada perdida. Cuando bajaban al pueblo a comprar provisiones la gente del pueblo les evitaba y más de uno pensaba que no tenían alma, que eran muertos en vida y algo de razón tenían.
Amanecía en la Casona y él debía empezar a hacer efectiva su venganza. Lo primero que haría en aquella mañana sería buscar a aquella asquerosa familia que le había arrebatado su poder y su sangre. Miró por el amplio ventanal de su habitación y desde allí contempló el pueblo sumido en la espesa niebla del odio. Una amplia sonrisa dibujó su deformado rostro reflejado en la ventana...
sábado, 7 de septiembre de 2019
El Linaje...
En el pueblo se respiraba un ambiente tenso, las gentes del lugar aún no habían olvidado lo que esa familia les había hecho sufrir. Todos tenían algún familiar perjudicado de alguna manera por ellos.
La Gran Casona de la cima de la Colina de las Viejas, llevaba años abandonada. Desde la muerte de la vieja arpía, nadie había asomado las narices por allí. Cuando unos extranjeros llegaron a la casa y empezaron a rehabilitarla el pueblo se llenó de cuchicheos y lo que antes era una convivencia agradable se volvió fría y distante. Todo eran conjeturas, nadie sabía exactamente quién iría a vivir a la Casona. Lo que sí sabían es que si era algún descendiente de aquel linaje maldito, ese ya no sería un buen lugar donde vivir.
Por el pueblo, los más ancianos contaban historias que ponían los pelos de punta, y en lo que todos coincidían era en que en la casa pasaban cosas raras y alguno de los que había estado en ella decían que era un lugar de una gran belleza, pero fría y siniestra. Cuando se cruzaba el umbral de aquella gran casa era como si la tristeza se apoderara de uno y algo se quedaba allí para siempre.
Atardecía en el pueblo y el cielo se tornaba anaranjado, cuando un par de coches de color negro subieron la colina y se les vio entrar en la Gran Casona. Esa noche no se oyeron ni búhos, ni gatos, ni sonido alguno en todo el pueblo. El silencio envolvió la noche y una fina niebla se extendió por las calles. Aquella era la temida señal, ELLOS habían regresado y ya nada volvería a ser igual...
La Gran Casona de la cima de la Colina de las Viejas, llevaba años abandonada. Desde la muerte de la vieja arpía, nadie había asomado las narices por allí. Cuando unos extranjeros llegaron a la casa y empezaron a rehabilitarla el pueblo se llenó de cuchicheos y lo que antes era una convivencia agradable se volvió fría y distante. Todo eran conjeturas, nadie sabía exactamente quién iría a vivir a la Casona. Lo que sí sabían es que si era algún descendiente de aquel linaje maldito, ese ya no sería un buen lugar donde vivir.
Por el pueblo, los más ancianos contaban historias que ponían los pelos de punta, y en lo que todos coincidían era en que en la casa pasaban cosas raras y alguno de los que había estado en ella decían que era un lugar de una gran belleza, pero fría y siniestra. Cuando se cruzaba el umbral de aquella gran casa era como si la tristeza se apoderara de uno y algo se quedaba allí para siempre.
Atardecía en el pueblo y el cielo se tornaba anaranjado, cuando un par de coches de color negro subieron la colina y se les vio entrar en la Gran Casona. Esa noche no se oyeron ni búhos, ni gatos, ni sonido alguno en todo el pueblo. El silencio envolvió la noche y una fina niebla se extendió por las calles. Aquella era la temida señal, ELLOS habían regresado y ya nada volvería a ser igual...
martes, 3 de septiembre de 2019
Septiembre
Vamos a por Septiembre, es un mes que me gusta especialmente. Es el mes de mi aniversario de boda y aún seguimos agarrándonos fuerte de la mano.
Todavía queda un poquito de verano, pero ya no será lo mismo porque empieza el cole y volvemos a la rutina. Aunque a mí me encantan los primeros días de otoño en que comienza a refrescar, los días de mantita en el sofá de casa y los paseos pisando hojas secas.
Este Septiembre será un poco especial, será el primero de mi nueva etapa como escritora. La verdad es que estoy muuuy ilusionada, pero no puedo evitar sentir que esta va a ser una carrera larga. No sé muy bien si me llevará a algún lugar, aunque la verdad es que con dos novelas y un cuento infantil publicados, no puedo estar más feliz. En breve publicaré Nora, ¿quién me lo iba a decir a principios de año?
Así que aquí estoy, mirando hacia adelante en el nuevo camino que se presenta ante mí, sin prisa pero sin pausa. Intentando que os gusten mis cuentos y que echéis un ojillo a mis libros. Agradeciendo inmensamente el poder dedicarme a algo que me llena y me encanta. Deseando que cada vez más gente lea mis libros.
En este camino, ha habido gente con la que no coincidía desde hace tiempo y que me ha sorprendido gratamente, por la ilusión que le ha supuesto que yo tomará este camino. Por supuesto también hay de quién esperaba "algo más", pero el tiempo me ha enseñado que las decepciones te ayudan a aprender.
Así que lo único que me queda por decir es que aquí seguiré, oyendo los susurros que me hacen inventar mundos y seres que formarán parte de mí para siempre y espero que también parte de todos los que queráis conocerlos.
Todavía queda un poquito de verano, pero ya no será lo mismo porque empieza el cole y volvemos a la rutina. Aunque a mí me encantan los primeros días de otoño en que comienza a refrescar, los días de mantita en el sofá de casa y los paseos pisando hojas secas.
Este Septiembre será un poco especial, será el primero de mi nueva etapa como escritora. La verdad es que estoy muuuy ilusionada, pero no puedo evitar sentir que esta va a ser una carrera larga. No sé muy bien si me llevará a algún lugar, aunque la verdad es que con dos novelas y un cuento infantil publicados, no puedo estar más feliz. En breve publicaré Nora, ¿quién me lo iba a decir a principios de año?
Así que aquí estoy, mirando hacia adelante en el nuevo camino que se presenta ante mí, sin prisa pero sin pausa. Intentando que os gusten mis cuentos y que echéis un ojillo a mis libros. Agradeciendo inmensamente el poder dedicarme a algo que me llena y me encanta. Deseando que cada vez más gente lea mis libros.
En este camino, ha habido gente con la que no coincidía desde hace tiempo y que me ha sorprendido gratamente, por la ilusión que le ha supuesto que yo tomará este camino. Por supuesto también hay de quién esperaba "algo más", pero el tiempo me ha enseñado que las decepciones te ayudan a aprender.
Así que lo único que me queda por decir es que aquí seguiré, oyendo los susurros que me hacen inventar mundos y seres que formarán parte de mí para siempre y espero que también parte de todos los que queráis conocerlos.
domingo, 1 de septiembre de 2019
La diferencia nos hace únicos
Estaban en una de las clases de la Profesora Nadila, era la profesora de vuelo y siempre le encantaba esa clase. Daba igual el tiempo que hiciera, tenían que saber volar bajo todas las condiciones atmosféricas porque de ello dependía su vida. Ese día llovía a mares, el viento las llevaba de lado a lado en el prado de prácticas y los relámpagos iluminaban el cielo.
Robert siempre había sido el que mejor volaba en todas las condiciones y le encantaba pavonearse delante de ella. A ella al principio le gustaba y hasta se sentía halagada de que un chico tan popular se fijará en un Hada como ella, pero después de un tiempo en aquel colegio ya le conocía suficientemente como para saber que era un engreído, con el corazón y el cerebro vacíos.
Robert estaba haciendo sus filigranas cuando, de repente, una ráfaga de aire le bambole violentamente y fue a estampar su "preciosa" cara contra el Gran Roble. La profesora se acercó a él. Al incorporarse, vieron que tenía un par de dientes rotos y ordenó a dos de sus amigos que le llevara a la enfermería. Allí se los repondrían en un santiamén.
Cuando ya estaban recogiendo para ir a la siguiente clase con la Profesora Nía, la tormenta empezaba a remitir y grandes claros se abrían en el horizonte. Ella se quedó mirando al cielo y allí observó cómo algo lo atravesaba a gran velocidad. Y de repente, el objeto descendió a la altura del edificio principal del colegio y una gran explosión de luz les dejó a todos aturdidos durante unos minutos. Solo luz, no se oyó ningún ruido. Todos se frotaban los ojos sin saber bien qué era lo que había ocurrido cuando empezaron a sonar unas alarmas.
Todos los años hacían un par de simulacros de emergencia, con lo cual todos los alumnos sabían qué era lo que tenían que hacer. Cuando ella se dirigía con el resto de los alumnos a los refugios, la Profesora Nía la cogió con fuerza de la mano y le indicó que debía ir hacía la luz.
-¿Por qué yo no puedo ir con el resto, Profesora? -dijo sorprendida.
-Ve, hacia la luz. Ha llegado tu momento, la Directora te estará esperando y te lo explicará todo... O al menos lo intentará. ¡Ve!
Siempre la habían tratado un poco como un bicho raro, ya que era un Hada diferente. De hecho, no había ninguna como ella. Todas eran "Hadas normales" y ella era un Xira. Las Xiras son una especie de mariposas con cuerpo humano muy, muy parecidas a las mariposas y no se relacionan entre ellas ni con otras hadas, pero a ella la había llevado allí la Reina Lada cuando aún era una niña...
Robert siempre había sido el que mejor volaba en todas las condiciones y le encantaba pavonearse delante de ella. A ella al principio le gustaba y hasta se sentía halagada de que un chico tan popular se fijará en un Hada como ella, pero después de un tiempo en aquel colegio ya le conocía suficientemente como para saber que era un engreído, con el corazón y el cerebro vacíos.
Robert estaba haciendo sus filigranas cuando, de repente, una ráfaga de aire le bambole violentamente y fue a estampar su "preciosa" cara contra el Gran Roble. La profesora se acercó a él. Al incorporarse, vieron que tenía un par de dientes rotos y ordenó a dos de sus amigos que le llevara a la enfermería. Allí se los repondrían en un santiamén.
Cuando ya estaban recogiendo para ir a la siguiente clase con la Profesora Nía, la tormenta empezaba a remitir y grandes claros se abrían en el horizonte. Ella se quedó mirando al cielo y allí observó cómo algo lo atravesaba a gran velocidad. Y de repente, el objeto descendió a la altura del edificio principal del colegio y una gran explosión de luz les dejó a todos aturdidos durante unos minutos. Solo luz, no se oyó ningún ruido. Todos se frotaban los ojos sin saber bien qué era lo que había ocurrido cuando empezaron a sonar unas alarmas.
Todos los años hacían un par de simulacros de emergencia, con lo cual todos los alumnos sabían qué era lo que tenían que hacer. Cuando ella se dirigía con el resto de los alumnos a los refugios, la Profesora Nía la cogió con fuerza de la mano y le indicó que debía ir hacía la luz.
-¿Por qué yo no puedo ir con el resto, Profesora? -dijo sorprendida.
-Ve, hacia la luz. Ha llegado tu momento, la Directora te estará esperando y te lo explicará todo... O al menos lo intentará. ¡Ve!
Siempre la habían tratado un poco como un bicho raro, ya que era un Hada diferente. De hecho, no había ninguna como ella. Todas eran "Hadas normales" y ella era un Xira. Las Xiras son una especie de mariposas con cuerpo humano muy, muy parecidas a las mariposas y no se relacionan entre ellas ni con otras hadas, pero a ella la había llevado allí la Reina Lada cuando aún era una niña...
jueves, 29 de agosto de 2019
XIRA
En un pueblo perdido en el Norte habitan las Xiras, pequeñas hadas con forma de mariposa. No tienen contacto entre ellas ni con los humanos, salvo con la familia de Alicia. El pueblo es un lugar maravilloso, con sus montes verdes, su frío río y el prado que hay cerca de la ermita. Es un lugar lleno de olores a flores silvestres, donde la suave brisa te despeina el cabello y te hace sentir como si estuvieras en el lugar más hermoso que existe.
La historia de Alicia y su familia es una historia de renuncia y generosidad. Alicia nos enseña que la magia existe a nuestro alrededor, solo tenemos que creer y mirar todas las maravillas que tenemos a nuestro alcance y a veces no somos capaces de ver.
Las Xiras son seres mágicos que nos acompañan y a veces nos susurran el camino que debemos tomar, pero no siempre estamos dispuestos a escuchar lo que el silencio nos trae. Debemos vivir más en el presente porque si miramos muy lejos, al caminar podemos tropezar con las piedras que están cerquita de nuestros pies. Hay que pasear por la vida admirando el paisaje, siendo conscientes de que nuestras vidas tienen principio y fin. No sabemos cuándo nos iremos y ahí está la grandeza de nuestra existencia. Si nos preocupamos demasiado viendo lo que otros tienen y fingimos ser lo que no somos, no podremos avanzar.
Alicia aprendió que lo más importante en la vida de cualquier persona son los vínculos que tejemos con las personas que amamos.
Xira fue mi primer cuento, una historia escrita con el corazón, llena de amor, magia, generosidad...
El cuento está disponible tanto en versión ebook como en papel, en Amazon. Espero que todos los que leáis el libro podáis ver, aunque sea una vez en vuestra vida, un Xira.
Yo he conseguido ver alguna... O eso creo.
jueves, 22 de agosto de 2019
El árbol de la vida
Estaba sentada en la hierba, la espalda apoyada en el viejo árbol y los pies descalzos sumergidos en la frías aguas del río. Ese viejo árbol siempre la había acompañado en sus muchas alegrías y alguna que otra tristeza. Era su rincón favorito del mundo entero. Desde que era pequeñita se sentaba a su lado y metía los pies en el agua cristalina, cerraba los ojos y oía el sonido del agua pasar y los pájaros cantando.
Ahora que su pelo se había tornado plata le gustaba sentarse allí a recordar todos los momentos vividos. El primer beso, cuando conoció al amor de su vida, el nacimiento de sus hijos y luego la llegada de los nietos. Su vida había sido un camino de altos y bajos pero con un recorrido suave, aceptando los problemas cuando llegaban e intentando no obsesionarse demasiado con nada, además de su amigo especial.
Cerraba los ojos y en silencio hablaban. El árbol le contaba historias vividas por él y otras que llegaban a sus raíces. Los árboles se comunican entre ellos por el sonido que emiten sus hojas al ondear al viento y por pequeños movimientos de sus raíces bajo la tierra.
Si abrazas un árbol podrás sentir toda la energía que guarda en su interior. Son guardianes silenciosos de la historia vivida por los habitantes de esta tierra. Por eso, cuando el monte se quema nos quemamos todos un poco por dentro y el Mundo se vuelve un poco más oscuro.
Ahora que su pelo se había tornado plata le gustaba sentarse allí a recordar todos los momentos vividos. El primer beso, cuando conoció al amor de su vida, el nacimiento de sus hijos y luego la llegada de los nietos. Su vida había sido un camino de altos y bajos pero con un recorrido suave, aceptando los problemas cuando llegaban e intentando no obsesionarse demasiado con nada, además de su amigo especial.
Cerraba los ojos y en silencio hablaban. El árbol le contaba historias vividas por él y otras que llegaban a sus raíces. Los árboles se comunican entre ellos por el sonido que emiten sus hojas al ondear al viento y por pequeños movimientos de sus raíces bajo la tierra.
Si abrazas un árbol podrás sentir toda la energía que guarda en su interior. Son guardianes silenciosos de la historia vivida por los habitantes de esta tierra. Por eso, cuando el monte se quema nos quemamos todos un poco por dentro y el Mundo se vuelve un poco más oscuro.
domingo, 18 de agosto de 2019
Creando recuerdos
El día de regreso de las vacaciones siempre me produce sentimientos encontrados. Deseo volver a casa, es el lugar donde mejor me siento del mundo pero al mismo tiempo me hubiera gustado crear "pequeños instantes infinitos" de algunos momentos.
Me gustaría cerrar los ojos y volver a esos paseos con mi niño, que es el mejor conversador del mundo, siempre con historias interesantes que contar y lleno de vida. También esos abrazos sin final con mi niña y su maravillosa forma de ser, siempre dispuesta a hacer sentir especial a todo el mundo. La mano de mi amor agarrándome fuerte, siempre juntos creando recuerdos. Fabricando sonrisas para Aitite, que ha pasado unos días con nosotros y recordando a la Abuela, que seguro nos miraba desde el cielo con una sonrisa.
Para mí estos momentos son los que cuentan, los que nos hacen ser una Familia. Crear vínculos con mi gente para que el día de mañana mis niños tengan unas raíces fuertes y unos principios que les hagan valorar lo que la vida les va dando. Les enseña a disfrutar sin desear lo que otros tienen, ni aparentar para que les acepten en un grupo determinado.
El año que viene volveremos a crear recuerdos de vacaciones maravillosas y mientras tanto disfrutaremos de la tan necesaria rutina. Maravillosa rutina.
Me gustaría cerrar los ojos y volver a esos paseos con mi niño, que es el mejor conversador del mundo, siempre con historias interesantes que contar y lleno de vida. También esos abrazos sin final con mi niña y su maravillosa forma de ser, siempre dispuesta a hacer sentir especial a todo el mundo. La mano de mi amor agarrándome fuerte, siempre juntos creando recuerdos. Fabricando sonrisas para Aitite, que ha pasado unos días con nosotros y recordando a la Abuela, que seguro nos miraba desde el cielo con una sonrisa.
Para mí estos momentos son los que cuentan, los que nos hacen ser una Familia. Crear vínculos con mi gente para que el día de mañana mis niños tengan unas raíces fuertes y unos principios que les hagan valorar lo que la vida les va dando. Les enseña a disfrutar sin desear lo que otros tienen, ni aparentar para que les acepten en un grupo determinado.
El año que viene volveremos a crear recuerdos de vacaciones maravillosas y mientras tanto disfrutaremos de la tan necesaria rutina. Maravillosa rutina.
sábado, 17 de agosto de 2019
El Regreso...
Era noche de luna llena y la leyenda transmitida de generación en generación decía que esa era la noche en que La Dama regresaría. Nadie sabía exactamente cómo se produciría la llegada ni cómo era ella en realidad. Durante muchas lunas, quizás demasiadas, habían tenido que vivir escondidos, pero eso cambiaría cuando ella regresase. Ella les llevaría de nuevo a lo más alto.
Algunos de los escritos la describían como una mujer cruel a la que no le importaba nada más que el poder. Algunos de los habitantes del pueblo veían con miedo el que ella regresara; otros querían que volviera cuanto antes. Todos los Guardianes de los escritos estaban en el Lago Sagrado que venera la imagen de la Diosa. Solo ellos podían recibirla como se merecía.
En cuanto la luz de la Luna tocó el Lago, un resplandor inmenso cegó a los allí presentes y del agua emergió un Dragón. En esa reencarnación había elegido la forma de un Dragón. Era impresionante cómo las escamas rojas de su cuerpo se reflejaban a la luz de la Luna y el agua del Lago repartía sus destellos por todo el Templo. Ella abrió los ojos, de un amarillo cegador, y emitió un largo rugido que heló la sangre de todos los allí presentes y, seguramente, de todo el que lo hubiera oído en kilómetros a la redonda. Entonces habló:
-He vuelto después de milenios esperando el momento adecuado. A mi lado volveréis a ser una gran civilización. Es mi momento de empezar a gobernar.
Entonces alzó el vuelo, recorriendo todo el pueblo, y las gentes de la aldea salían a verla, entre asustadas y maravilladas a la vez.
En un castillo lejano, un Gran Mago miraba el horizonte que se tornaba rojo. La Luna había desaparecido y al ver volar la silueta de la Dama, no podía evitar que un escalofrío recorriese todo su cuerpo, a la vez que una lágrima rodaba por su mejilla...
Algunos de los escritos la describían como una mujer cruel a la que no le importaba nada más que el poder. Algunos de los habitantes del pueblo veían con miedo el que ella regresara; otros querían que volviera cuanto antes. Todos los Guardianes de los escritos estaban en el Lago Sagrado que venera la imagen de la Diosa. Solo ellos podían recibirla como se merecía.
En cuanto la luz de la Luna tocó el Lago, un resplandor inmenso cegó a los allí presentes y del agua emergió un Dragón. En esa reencarnación había elegido la forma de un Dragón. Era impresionante cómo las escamas rojas de su cuerpo se reflejaban a la luz de la Luna y el agua del Lago repartía sus destellos por todo el Templo. Ella abrió los ojos, de un amarillo cegador, y emitió un largo rugido que heló la sangre de todos los allí presentes y, seguramente, de todo el que lo hubiera oído en kilómetros a la redonda. Entonces habló:
-He vuelto después de milenios esperando el momento adecuado. A mi lado volveréis a ser una gran civilización. Es mi momento de empezar a gobernar.
Entonces alzó el vuelo, recorriendo todo el pueblo, y las gentes de la aldea salían a verla, entre asustadas y maravilladas a la vez.
En un castillo lejano, un Gran Mago miraba el horizonte que se tornaba rojo. La Luna había desaparecido y al ver volar la silueta de la Dama, no podía evitar que un escalofrío recorriese todo su cuerpo, a la vez que una lágrima rodaba por su mejilla...
viernes, 16 de agosto de 2019
La Familia
En la casa todo eran personas corriendo de un lado para otro, había un ajetreo maravilloso y la alegría inundaba cada rincón. Era el día más esperado del año, sobre todo por los niños. A casa venían familiares a los que solo veían ese día del año. Se ponían colchones en cada habitación para que pudieran dormir todos en la casa que, aunque era grande, no tenía habitaciones para todos.
A Mary le encantaba esa fiesta y pasaba la mañana peinando a su hermana pequeña. Las dos cumplían años el mismo día, ¡qué casualidad! La niña cumplía 10 años y debían contarle la historia que unía a su familia con ese día en concreto.
Cerca de su casa había una zona con un grupo de árboles, uno por cada niña o niño de la familia que había nacido en esa fecha. En esos momentos, en la familia solo había dos cumpleañeras bendecidas por las Hadas de los Bosques, seres con ciertas habilidades especiales que debían salvaguardar y proteger la zona sagrada en la que vivían.
La ceremonia comenzaría al mediodía y duraría hasta la medianoche. En el pueblo se oían historias sobre La Familia, aunque nadie podía asegurar que fueran ciertas. Era una familia muy querida y respetada por todo el mundo. Si era cierto que eran capaces de hacer las cosas que se rumoreaban, todos los habitantes del pueblo debían de estar muy agradecidos. El lugar era un paraje de ensueño y nunca había desastres ni problemas graves de salud.
En el reloj del salón sonaban las doce cuando Mary y su hermana entraban acompañadas de las Hadas del Bosque. Mary deseaba que la profecía fuese un error. No era la primera vez que alguno de los escritos se había equivocado...
A Mary le encantaba esa fiesta y pasaba la mañana peinando a su hermana pequeña. Las dos cumplían años el mismo día, ¡qué casualidad! La niña cumplía 10 años y debían contarle la historia que unía a su familia con ese día en concreto.
Cerca de su casa había una zona con un grupo de árboles, uno por cada niña o niño de la familia que había nacido en esa fecha. En esos momentos, en la familia solo había dos cumpleañeras bendecidas por las Hadas de los Bosques, seres con ciertas habilidades especiales que debían salvaguardar y proteger la zona sagrada en la que vivían.
La ceremonia comenzaría al mediodía y duraría hasta la medianoche. En el pueblo se oían historias sobre La Familia, aunque nadie podía asegurar que fueran ciertas. Era una familia muy querida y respetada por todo el mundo. Si era cierto que eran capaces de hacer las cosas que se rumoreaban, todos los habitantes del pueblo debían de estar muy agradecidos. El lugar era un paraje de ensueño y nunca había desastres ni problemas graves de salud.
En el reloj del salón sonaban las doce cuando Mary y su hermana entraban acompañadas de las Hadas del Bosque. Mary deseaba que la profecía fuese un error. No era la primera vez que alguno de los escritos se había equivocado...
domingo, 4 de agosto de 2019
Pequeñas conversaciones
-¿Cómo sabré qué camino debo tomar? -preguntó.
-Oh, Cariño -dijo acariciándole el pelo-, no lo sabrás. Por lo menos, no lo sabrás en el momento de tomar la decisión. En ese instante, solo sentirás como una punzada en el estómago que te dice que estás haciendo lo correcto. Pero los resultados de las decisiones solo se ven cuando miras de lejos, cuando echas la vista atrás y haces balance de todo lo vivido. Si las cosas que te sacan una sonrisa son más que las que no, supongo que habrás decidido bien.
-¿Entonces debo de mirar las cosas siempre con perspectiva?
-Para nada, debes de mirar siempre cerquita, como si fueras miope. Lo importante de la vida se mira con la vista corta, nunca con la larga. Siempre hay algo en tu interior que te guía. No acalles nunca tu voz interior, es sabia.
-¿Y si me equivoco?
-Claro que te equivocarás, mil millones de veces. Lo importante es aprender de las equivocaciones y no albergar nunca resentimiento hacia nadie ni nada. Si algo o alguien no te gusta o no te hace feliz, apártalo de tu vida, pero con una caricia, nunca con un empujón.
Déjate llevar por esta maravillosa vida, disfruta de un atardecer, el canto de un pájaro, moja tus pies descalzos en un río, vive y disfruta de los buenos momentos. Porque también habrá momentos oscuros, que te harán llorar.
Llora tus penas, no las retengas dentro de ti.
Di lo que no te gusta, no lo guardes, pero dilo con cariño.
Si tomas decisiones equivocadas, no culpes a nadie, solo tú eres responsable de tus actos o decisiones. Rectifica y mira adelante.
Esfuérzate por conseguir lo que deseas. Lo conseguido sin esfuerzo se cobrará su precio en cualquier momento.
Toma decisiones y no te acomodes, intenta crecer día a día.
No te regodees en el dolor, llóralo y apártalo de tu vida.
-Oh, Cariño -dijo acariciándole el pelo-, no lo sabrás. Por lo menos, no lo sabrás en el momento de tomar la decisión. En ese instante, solo sentirás como una punzada en el estómago que te dice que estás haciendo lo correcto. Pero los resultados de las decisiones solo se ven cuando miras de lejos, cuando echas la vista atrás y haces balance de todo lo vivido. Si las cosas que te sacan una sonrisa son más que las que no, supongo que habrás decidido bien.
-¿Entonces debo de mirar las cosas siempre con perspectiva?
-Para nada, debes de mirar siempre cerquita, como si fueras miope. Lo importante de la vida se mira con la vista corta, nunca con la larga. Siempre hay algo en tu interior que te guía. No acalles nunca tu voz interior, es sabia.
-¿Y si me equivoco?
-Claro que te equivocarás, mil millones de veces. Lo importante es aprender de las equivocaciones y no albergar nunca resentimiento hacia nadie ni nada. Si algo o alguien no te gusta o no te hace feliz, apártalo de tu vida, pero con una caricia, nunca con un empujón.
Déjate llevar por esta maravillosa vida, disfruta de un atardecer, el canto de un pájaro, moja tus pies descalzos en un río, vive y disfruta de los buenos momentos. Porque también habrá momentos oscuros, que te harán llorar.
Llora tus penas, no las retengas dentro de ti.
Di lo que no te gusta, no lo guardes, pero dilo con cariño.
Si tomas decisiones equivocadas, no culpes a nadie, solo tú eres responsable de tus actos o decisiones. Rectifica y mira adelante.
Esfuérzate por conseguir lo que deseas. Lo conseguido sin esfuerzo se cobrará su precio en cualquier momento.
Toma decisiones y no te acomodes, intenta crecer día a día.
No te regodees en el dolor, llóralo y apártalo de tu vida.
sábado, 3 de agosto de 2019
La Decisión
En el suelo de la cocina había muchas páginas rotas, seguramente de algún libro antiguo. La estancia, medio en penumbra, dejaba ver una fina línea de luz que se colaba entre las cortinas. En la luz volaban cientos de diminutas motas de polvo, parecía polvo de hadas. Ella sonrió por la ocurrencia, "polvo de hadas".
Había pasado tanto tiempo desde aquello... ¿Por qué no conseguía apartarlo de su cabeza?
Por la noches el recuerdo volvía con fuerza y la ahogaba, era como si todas las noches fueran ese oscuro día. ¿Por qué decidió marcharse? ¿Por qué tomó esa insensata decisión? No fue porque no supiera lo que sucedería, ni porque no conociese las consecuencias de todo aquello. Tampoco podía culparle a él de lo que sucedió. A fin de cuentas, le conocía bien, sabía de lo que era capaz. Solo ella era la responsable de sus actos.
Se levantó del suelo con un movimiento rápido y delicado, la punta de sus pies quedó a un palmo del suelo. Giró sus manos, una alrededor de otra, sin apenas rozarse y las páginas del libro las imitaron. En un segundo, el libro estaba intacto encima de la mesa.
Se atusó el cabello por detrás de las orejas que acababan en una punta muy fina. Abrió los brazos y su cuerpo giró sobre sí mismo, dejando ver unas alas preciosas en la espalda de la mujer.
Había tardado mucho tiempo, pero sabía lo que debía hacer. Debía intentar arreglarlo.
Había pasado tanto tiempo desde aquello... ¿Por qué no conseguía apartarlo de su cabeza?
Por la noches el recuerdo volvía con fuerza y la ahogaba, era como si todas las noches fueran ese oscuro día. ¿Por qué decidió marcharse? ¿Por qué tomó esa insensata decisión? No fue porque no supiera lo que sucedería, ni porque no conociese las consecuencias de todo aquello. Tampoco podía culparle a él de lo que sucedió. A fin de cuentas, le conocía bien, sabía de lo que era capaz. Solo ella era la responsable de sus actos.
Se levantó del suelo con un movimiento rápido y delicado, la punta de sus pies quedó a un palmo del suelo. Giró sus manos, una alrededor de otra, sin apenas rozarse y las páginas del libro las imitaron. En un segundo, el libro estaba intacto encima de la mesa.
Se atusó el cabello por detrás de las orejas que acababan en una punta muy fina. Abrió los brazos y su cuerpo giró sobre sí mismo, dejando ver unas alas preciosas en la espalda de la mujer.
Había tardado mucho tiempo, pero sabía lo que debía hacer. Debía intentar arreglarlo.
Debía volver...
viernes, 2 de agosto de 2019
Cuento para Sonia
La Sra. Lestrange llevaba otra vez un transportín de gatos calle arriba. Tenía cara de pocos amigos, como siempre. Giró la esquina y entró en el jardín de la primera casa, llamó al timbre y una mujer salió a abrir.
-¿Cómo usted por aquí, Sra. Lestrange? -Le preguntó, fijándose en lo que llevaba en la mano, entonces su cara cambió de repente-. ¿No me digas que ahí está...? ¿Esa es mi niña?
-Sí, Elisabeth, es su niña. Si usted evitara que se colase en mi casa cada dos por tres, no pasaría esto. Ya le había avisado que sucedería. Así aprenderá.
Una vez en casa, Sonia se fue a su cuarto. La Sra. Lestrange la había convertido en gato... "¡Puaj! ¡Un gato! No me gustan los gatos, ahora pasaré un día entero lamiéndome el cuerpo", supuso que no le gustaría. Menos mal que ese era un hechizo de los cortos. Se oían historias de niños a los que había cambiado una semana entera. No podía evitar entrar en casa de la bruja del barrio. ¿Qué clase de niña no entraría en casa de una bruja?
No salió de su cuarto hasta la cena. Cuanto menos se cruzara con su madre, mejor. Para cenar le pusieron jamón cocido, cosa que le encantó. Claro, era un gato.
A la noche se acurrucó en el sofá un rato con su padre, otro rato con su madre y con su hermana.
La acariciaban mientras ella ronroneaba. "¡Qué sensación tan agradable!", pensó.
Desde aquel día ama a los gatos, tiene una especial conexión con ellos y yo creo que entiende lo que dicen... Pero esto último es un secreto, no se lo digáis a nadie.
Mañana será tu cumpleaños, preciosa. Fuiste un poquito trasto de pequeña. Casi, casi como yo 😜.
Te regalo este cuento escrito con el corazón. Espero que te guste.
FELICIDADES. TE QUIERO.
-¿Cómo usted por aquí, Sra. Lestrange? -Le preguntó, fijándose en lo que llevaba en la mano, entonces su cara cambió de repente-. ¿No me digas que ahí está...? ¿Esa es mi niña?
-Sí, Elisabeth, es su niña. Si usted evitara que se colase en mi casa cada dos por tres, no pasaría esto. Ya le había avisado que sucedería. Así aprenderá.
Una vez en casa, Sonia se fue a su cuarto. La Sra. Lestrange la había convertido en gato... "¡Puaj! ¡Un gato! No me gustan los gatos, ahora pasaré un día entero lamiéndome el cuerpo", supuso que no le gustaría. Menos mal que ese era un hechizo de los cortos. Se oían historias de niños a los que había cambiado una semana entera. No podía evitar entrar en casa de la bruja del barrio. ¿Qué clase de niña no entraría en casa de una bruja?
No salió de su cuarto hasta la cena. Cuanto menos se cruzara con su madre, mejor. Para cenar le pusieron jamón cocido, cosa que le encantó. Claro, era un gato.
A la noche se acurrucó en el sofá un rato con su padre, otro rato con su madre y con su hermana.
La acariciaban mientras ella ronroneaba. "¡Qué sensación tan agradable!", pensó.
Desde aquel día ama a los gatos, tiene una especial conexión con ellos y yo creo que entiende lo que dicen... Pero esto último es un secreto, no se lo digáis a nadie.
🍁🍁🍁🍁🍁
Mañana será tu cumpleaños, preciosa. Fuiste un poquito trasto de pequeña. Casi, casi como yo 😜.
Te regalo este cuento escrito con el corazón. Espero que te guste.
FELICIDADES. TE QUIERO.
lunes, 29 de julio de 2019
Cuento de verano
Ella observaba a los niños jugar desde su hamaca en el porche. La tarde estaba ya muy avanzada y el viento refrescaba el ambiente cálido de ese día de verano.
Yolanda se levantó para sentir el viento en la cara, "que agradable sensación", pensó. Hay instantes en que cierras los ojos y desearías que estos durasen una pequeña eternidad.
Vio a Toñi, la pequeña de la familia, que sostenía un objeto brillante en la mano. De repente, lo soltó, llorando. Yolanda corrió hacia ella, el corazón le latía a mil pulsaciones. Cuando llego a su lado la consoló y le miró la mano. En la palma se le había grabado la forma de una estrella y una luz destellaba en ella.
Yolanda no quería parecer nerviosa, pero el caso es que una sensación de angustia recorría todo su cuerpo. Llevó a la niña dentro y le lavó la mano, pero la luz no cesaba, aunque la niña al mirar su mano sonreía y no parecía que le pasase nada malo.
Yolanda agarró su mano con fuerza, notó una especie de calambre y al mirarla tenía la misma luz con forma de estrella que Toñi.
¿Qué era lo que estaba sucediendo? Estaba sola con los niños y él no regresaría hasta al día siguiente por la tarde. Debía de tranquilizarse. Al fin y al cabo, no parecía que fuera algo malo.
Cenaron y se fueron a dormir. A Eder le hizo mucha gracia el "tatuaje" de Mamá y su hermanita. Yolanda se despertó en medio de la noche. Algo le decía que debía salir al jardín.
Allí, vio unas luces que la hipnotizaban. No podía dejar de mirarlas...
Yolanda se levantó para sentir el viento en la cara, "que agradable sensación", pensó. Hay instantes en que cierras los ojos y desearías que estos durasen una pequeña eternidad.
Vio a Toñi, la pequeña de la familia, que sostenía un objeto brillante en la mano. De repente, lo soltó, llorando. Yolanda corrió hacia ella, el corazón le latía a mil pulsaciones. Cuando llego a su lado la consoló y le miró la mano. En la palma se le había grabado la forma de una estrella y una luz destellaba en ella.
Yolanda no quería parecer nerviosa, pero el caso es que una sensación de angustia recorría todo su cuerpo. Llevó a la niña dentro y le lavó la mano, pero la luz no cesaba, aunque la niña al mirar su mano sonreía y no parecía que le pasase nada malo.
Yolanda agarró su mano con fuerza, notó una especie de calambre y al mirarla tenía la misma luz con forma de estrella que Toñi.
¿Qué era lo que estaba sucediendo? Estaba sola con los niños y él no regresaría hasta al día siguiente por la tarde. Debía de tranquilizarse. Al fin y al cabo, no parecía que fuera algo malo.
Cenaron y se fueron a dormir. A Eder le hizo mucha gracia el "tatuaje" de Mamá y su hermanita. Yolanda se despertó en medio de la noche. Algo le decía que debía salir al jardín.
Allí, vio unas luces que la hipnotizaban. No podía dejar de mirarlas...
sábado, 27 de julio de 2019
Un cuento mágico... ¿o realidad?
Ella dormía en su cama, tan suave, olía tan bien... Le encantaba meterse bajo las sábanas y aspirar su aroma con los ojos cerrados. La oscuridad no le gustaba, así que, con la excusa de si los niños se levantaban, tenía una luz de noche en el cuarto de baño. Con esa luz tenue y toda su familia dormida en sus habitaciones sentía paz.
Siempre había sido un poco sonámbula, así que lo que ocurrió aquella noche nunca supo si fue un sueño o fue real. Oyó un pequeño revolotear de alas, muy suave, como un susurro. Abrió un ojo y de golpe abrió los dos, una pequeña hada estaba sentada en el borde de su mesilla de noche. Ella se incorporó en la cama y el Hada la guió a la habitación de los niños. Dio un beso a cada uno de ellos y les roció con un poco de Polvo de Hadas. Luego la acompaño a la cama y le dio las gracias por dar a conocer las Xiras al mundo. La besó en la frente y se desvaneció.
A la mañana siguiente ella recordaba todo lo sucedido en el sueño... ¿O fue real?
¿A vosotros, qué os parece?
Siempre había sido un poco sonámbula, así que lo que ocurrió aquella noche nunca supo si fue un sueño o fue real. Oyó un pequeño revolotear de alas, muy suave, como un susurro. Abrió un ojo y de golpe abrió los dos, una pequeña hada estaba sentada en el borde de su mesilla de noche. Ella se incorporó en la cama y el Hada la guió a la habitación de los niños. Dio un beso a cada uno de ellos y les roció con un poco de Polvo de Hadas. Luego la acompaño a la cama y le dio las gracias por dar a conocer las Xiras al mundo. La besó en la frente y se desvaneció.
A la mañana siguiente ella recordaba todo lo sucedido en el sueño... ¿O fue real?
¿A vosotros, qué os parece?
viernes, 26 de julio de 2019
Creando sueños
Llegó el día.
Aquí estoy, creando sueños.
En este primer post os hablaré de cómo esta siendo este verano lleno de nuevos proyectos.
Desde siempre había soñado con contar historias, escribir y que la gente leyese mis libros. Nunca veía el momento para ponerme a escribir en serio, hasta que a principios de verano abrí el ordenador y nació Xira, mi primer cuento corto. Era como si alguien susurrara en mi cabeza y yo fuera escribiendo en las hojas en blanco. Fue algo mágico.
Desde Xira ya no he podido dejar de escribir... He publicado en Amazon Xira, Gelgar, el Mago y una historia que le cuento a mis niños: El pajarito Txiu-Txiu. Y sigo escribiendo, forma parte de mí. No sé cómo todas esas historias han podido estar encerradas tanto tiempo en mi interior. Por miedos, prisas, rutinas..., no habían visto la luz hasta ahora. Si algún proyecto o sentimiento os ronda la cabeza o el corazón, dejadlo salir. ¡Suéltalo!, como diría Elsa en Frozen.
En este Blog iré compartiendo historias de mi vida, comentarios sobre libros y los libros que vaya publicando. Gracias a todos los que decidáis tomaros un ratito de vuestro tiempo en leerme en este blog y a los que leáis mis libros, GRACIAS infinitas, tanto si os gustan como si no.
¡Nos vamos viendo por aquí!
Aquí estoy, creando sueños.
En este primer post os hablaré de cómo esta siendo este verano lleno de nuevos proyectos.
Desde siempre había soñado con contar historias, escribir y que la gente leyese mis libros. Nunca veía el momento para ponerme a escribir en serio, hasta que a principios de verano abrí el ordenador y nació Xira, mi primer cuento corto. Era como si alguien susurrara en mi cabeza y yo fuera escribiendo en las hojas en blanco. Fue algo mágico.
Desde Xira ya no he podido dejar de escribir... He publicado en Amazon Xira, Gelgar, el Mago y una historia que le cuento a mis niños: El pajarito Txiu-Txiu. Y sigo escribiendo, forma parte de mí. No sé cómo todas esas historias han podido estar encerradas tanto tiempo en mi interior. Por miedos, prisas, rutinas..., no habían visto la luz hasta ahora. Si algún proyecto o sentimiento os ronda la cabeza o el corazón, dejadlo salir. ¡Suéltalo!, como diría Elsa en Frozen.
En este Blog iré compartiendo historias de mi vida, comentarios sobre libros y los libros que vaya publicando. Gracias a todos los que decidáis tomaros un ratito de vuestro tiempo en leerme en este blog y a los que leáis mis libros, GRACIAS infinitas, tanto si os gustan como si no.
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